Una cosa es aceptar y respetar a los miembros de la comunidad Lgtbi y otra, muy distinta, promover el lesbianismo, los gays, los transexuales, los bisexuales e intersexuales.
Una cosa es procurar que no se les ofenda ni discrimine en ningún sitio, ningún escenario, incluidos los colegios, y otra, muy distinta, es que se puedan expresar sus afectos, uno al otro, en lugares públicos.
Llámenme pasada de moda, pacata o lo que quieran, pero creo que las manifestaciones eróticas tanto de heterosexuales como de miembros de la comunidad Lgtbi, no deben hacerse en lugares públicos, por donde pasan niños, jóvenes, adultos mayores y ancianos.
Hay sitios para estas manifestaciones de la intimidad, manifestaciones que en lugares públicos pueden escandalizar o, por lo menos, hacer sentir incómodos a los transeúntes.
Acepto a las comunidades Lgtbi. Tengo amigos, personas cercanas, que siguen una u otra de estas tendencias. Los visito o me visitan, pero jamás he visto en sus casas o en la mía, manifestaciones de erotismo. Sé que comparten conmigo que hay un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar.
Por todo esto no estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dice la cartilla del Ministerio de Educación Nacional. Hay otras que entiendo y acepto, como evitar el bullying o matoneo. Estas personas merecen respeto, son seres humanos y sienten, como el resto de los mortales. Leí toda la cartilla. Son 99 páginas.
Pero no comparto muchas otras cosas. Mencionaré unas pocas para no hacerme tan extensa como la cartilla.
Dicha cartilla se apoya en una ideología que considero errada: que los niños y las niñas nacen sin sexo y que pueden escoger ser lo que quieran.
Los bebés, en su gran mayoría, nacen con su sexualidad bien definida: masculina,(cromosomas xy), o femenina,(cromosomas xx). Pero, además, se diferencian en sus rasgos externos, y no me refiero a sus órganos sexuales únicamente. Los hombrecitos son generalmente más grandes, tienen movimientos más bruscos porque nacen con más fuerza, se les ve su cara muy masculina. Las niñas son más pequeñas, tienen menos fuerza y rasgos muy femeninos en su cara.
Pues, basada en la ideología que mencioné, la cartilla dice que los colegios deben permitirles a los niños y a las niñas vestirse como quieran. Que las instituciones educativas deben tener pantalones y faldas dentro de sus uniformes y que los niños pueden ir de falda y las niñas, de pantalones.
Que aquellos planteles que tengan en sus estatutos la frase: “la preservación de la moral y/o las buenas costumbres”, deben ajustar el manual porque “frases como estas dan lugar a interpretaciones y acciones que pueden llevar a la vulneración de derechos en el marco de construcciones socioculturales que han considerado un atentado contra “las buenas costumbres” las OS. e IG. no normativas”. (OS. significa Orientaciones Sexuales; IG. significa Identidades de Género, ambas, no hegemónicas en la escuela).
El Manual también pide que la comunidad educativa reconozca la construcción identitaria(sic) y nombren al estudiante como él o ella se esté reconociendo.
También pide promover el desarrollo anual de una semana de reconocimiento y la promoción de los derechos sexuales y reproductivos, DONDE LA VISIBILIDAD DE LAS OS. E IG. NO HEGEMÓNICAS SEAN UN CENTRO IMPORTANTE. (Las mayúsculas son mías). Para mí esto significa dar relevancia, promover, las opciones distintas a la heterosexualidad.
También pide que en las bibliotecas haya material pedagógico al respecto, en todo tiempo y para todas las edades, incluidos profesores.
Considera como factores de riesgo, entre otros:
1). que los contenidos trabajados en las aulas legitiman de manera exclusiva las relaciones afectivas o configuraciones familiares heterosexuales.
2). Que las madres, padres o tutores(as) centran su ejercicio de la maternidad o paternidad en la reproducción de modelos de comportamiento.
Para no cansar más sólo pongo una pregunta de un test que deben contestar los colegios:
“¿Se desarrollan acciones para promover nuevos modelos de masculinidad y feminidad?”.
Como les dije, esto es apenas un mínimo del contenido de la cartilla del Ministerio de Educación de Colombia.
Estoy de acuerdo con la promoción de los Derechos Humanos, pero, ¿acaso no es un derecho que un centro educativo tenga la orientación ideológica que la ética de sus fundadores plasmó en el acta de fundación?
Y ¿acaso no es un derecho que los padres de familia escojan el colegio más acorde con sus principios éticos y la formación que quieren para sus hijos?
Aterra que estos postulados tan de “avanzada” que tiene el manual sean promovidos por la UNICEF y la UNESCO, organismos de la ONU dedicados a la educación, la ciencia, la cultura y la infancia.
Es bueno saber que los miles de millones de dólares y euros que sostienen esta ideología vienen de multinacionales muy conocidas. Ver en Internet:
Taringa.net. Ahí hay un artículo que se titula: “Quién financia al movimiento gay”.
Y como en Colombia todo nos llega a destiempo, en el portal: noticiacristiana.com dice, en un artículo del 15 de julio de 2016: “ESTRASBURGO, FRANCIA.- Por unanimidad, el tribunal de Derechos Humanos más importante del mundo estableció textualmente que “no existe el derecho al matrimonio homosexual”. “Los 47 jueces, de los 47 países del Consejo de Europa, que integran el pleno del Tribunal de Estrasburgo, (el tribunal de Derechos Humanos más importante del mundo), ha dictado una sentencia de enorme relevancia, la cual fue y es sorprendentemente silenciada por el progresismo informativo y su zona de influencia”.(…)
“En cuanto al principio de no discriminación, el Tribunal también añadió que no hay tal discriminación dado que “los Estados son libres de reservar el matrimonio únicamente a parejas heterosexuales”. Sin embargo, la cartilla adoptada por el Ministerio de Educación colombiano menciona los tres tipos de matrimonio que hay en Colombia: Hombre con hombre; Mujer con mujer; y Hombre con mujer. Hay dibujos y en la mitad de cada pareja hay niños.
Una vez más, según mi criterio, Colombia va en contravía. Acepto que haya los efectos económicos y civiles para parejas del mismo sexo. Pero no acepto que a estas uniones se les llame matrimonio. Y en esto parece que coincido con el Tribunal de Derechos Humanos de Europa, con sede en Estrasburgo, Francia.
Les recomiendo leer el Manual del Ministerio de Educación que se abre en varios portales. Yo lo abrí en dos y tiene el logo del MinEducación, de la Presidencia, Unfpa, Unicef y Pdun: www.slideshare.net
El otro portal es: www.yumpu.com
Yo quedé preocupada pensando en el presente y el futuro cercano de la educación de los niños y jóvenes y en cómo será la sociedad colombiana en poquísimos años. ¿Es esto libertad o libertinaje? El país será peor que Sodoma y Gomorra. Quizás hasta cambiemos de nombre y nos llamemos Sodombia o Colombiamorra. Así seremos de la “avanzada” a destiempo.
@gomezanam