Que el odio infundado no sea el que defina nuestro voto

Que el odio infundado no sea el que defina nuestro voto

A pesar de mi alma joven, la vida misma pero la política en especial me ha dado la oportunidad de conocer personas maravillosas y participar en escenarios inolvidables, lo cual me ha servido para aprender y tratar de ser un mejor ser humano y un mejor ciudadano día a día, y digo tratar porque no soy perfecto, y reconozco que he cometido errores varios.

Últimamente he visto cómo en redes sociales o en conversaciones ajenas, las personas sientan su punto de vista respecto a temas nacionales pero más exactamente sobre la segunda vuelta presidencial.

Unos atacan y otros defienden, dependiendo el candidato de su gusto, cosa que me parece sana y además reconfortante, puesto que me hace feliz cuando escucho o leo a jóvenes debatir sobre estos temas, que a la inmensa mayoría les parecen hartos o les despierta indiferencia. Pero a lo que realmente quiero hacer alusión, es que me entristece sobremanera observar cómo muchos están definiendo su voto para el próximo 17 de junio, no porque hayan leído las propuestas de los dos candidatos y alguna haya calado más que otra, o porque hayan analizado los debates recientes y ello genere cierta inclinación por equis candidato, no. Sino que están definiendo su voto simplemente porque discrepan del Senador Álvaro Uribe. Sí, habrá quienes le admiramos y quienes discrepen de su persona, y eso es respetable; pero lo que no puedo compartir es que tal situación lleve a que se desconozca el gran ser humano que es el joven Iván Duque y por ende sus calidades y cualidades profesionales y su capacidad de liderazgo. Nadie puede alegar nada en contra de Duque, ya que es un hombre probo, una persona de familia y un colombiano con ganas de servir. No existe ataque ninguno en su contra, hasta sus detractores reconocen en él la gran figura pública que es.

Amigos, conocidos, familiares, paisanos y demás, que la discrepancia por determinada persona no nos prive de la oportunidad de apoyar y acompañar a un joven con ganas de servir, a una persona con el conocimiento pero sobre todo con el equilibrio para adelantar los grandes y necesarios proyectos que aclama el país. No podemos seguir pegados del retrovisor, necesitamos con urgencia vivir el hoy para soñar con un futuro, quizá no perfecto, pero si estable, en donde la incertidumbre no sea el pan de cada día. Ese compromiso no puede ser de una sola persona, debe ser de todos nosotros, sin distingo alguno. Juntos podemos lograrlo, hagamos equipo y ayudémosle a esta tierra que lo vale todo a superar sus crisis, sus dificultades y edificar un país en donde todos tengamos cabida pero sobre todo oportunidades para demostrar de lo que realmente somos capaces. Hoy es el momento para ello, tú decides.

@AndresSaavedra_

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