Yo no lo crié

Yo no lo crié

El hierro entre las manos, porque en el cuello me pesa, Epifanio Mejía.

El amigo Jack Benedetti se ha vuelto la mejor muestra de lo que sostiene el profesor Miguel Ayuso en su texto: El liberalismo y sus aporías, 2025, donde Ayuso expone que el liberalismo y sus posteriores vertientes no es más que la ideología de la negación permanente porque niegan a Dios, en primera instancia, y posteriormente a todo lo que se ponga en su camino.

El liberalismo, sostiene Ayuso, se puede comprender como un término polisémico donde la negación del orden natural, dinámico, en el que incide la acción humana o al menos en la negación de su cognoscibilidad.

Después de un mes muy difícil, muy duro, para el desgobierno amoral, déspota, decreciente, corrupto, incipiente, delirante y tirano del Petro Caos y sus caníbales que actúan como hienas al acecho en contra del presupuesto nacional; apareció en el momento menos pensado una luz de esperanza por cuenta del pueblo al que tanto hace referencia el señor Petro.

Desde la presente columna de opinión del suscrito ciudadano de a pie, se viene comentando que los colombianos no somos un terrón de azúcar. Que, si el señor Petro nos pone contra la pared tarde o temprano el pueblo le va a responder.

Eso, fue lo aconteció la semana pasada en medio del paro nacional convocado desde la misma casa de Nariño.

Resultó que el pueblo se cansó. El pueblo se cansó de su discurso de odio y resentimiento en contra de su mismo pueblo. De sus abusos. De su comportamiento tirano. De su delirio.

Nos cansamos de la primera línea.  Del señor Arias, ese sindicalista que más que un sindicalista se volvió un tropero de turno en un bar de mala muerte. Del pacto histérico. De la senadora Angélica Lozano. De Racero. De Arias. De Ávila. De las universidades públicas. De la minga indígena. De las FARC y el ELN. Del magisterio y de Fecode.

De Cepeda y su persecución en contra de Uribe.

Nos cansamos de los partidos políticos que acuerdan con un desgobierno amoral todo lo habido y por haber cuando no tienen nada que concertar.

Es que el peor error que puede cometer un gobernante es creer que el pueblo colombiano es tonto y es tan dócil que se va a dejar subyugar por las diferentes formas de lucha.

Petro, comentó en su momento con respecto a su hijo Nicolás, quien duerme el sueño de los justos gracias a la señora fiscal general de la nación, que él no lo crio.

De paso, se vienen las duras y las maduras para la señora fiscal.

De la misma manera, el amigo Jack Benedetti al ver el fracaso de la convocatoria por el paro nacional salió a decir que el gobierno nada tuvo que ver. El señor Arias no se quedó atrás.

Bien lo dijo Goebbels: negad cinco veces seguidas.

Señor Petro: Si usted, su amigo Jack Benedetti y todo el pacto histérico sigue poniendo contra la pared al pueblo colombiano tarde o temprano el pueblo colombiano reaccionará porque los colombianos somos taimados.

Pero cuando brincamos que Dios nos coja confesados.

Mientras tanto, un juez del circuito de Bogotá le prohíbe a la familia Gómez Hurtado pronunciarse y realizar cualquier actividad judicial por la causa de su familiar asesinado al frente de la Universidad Sergio Arboleda: Álvaro Gómez Hurtado.

Ese, juez, yo no lo crie.

Puntilla: ¿Por qué los señores Valencia Cossio y Lafaurie no renuncian a la mesa de negociación con eln? ¿Porqué?

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