Los nostálgicos del comunismo

Los nostálgicos del comunismo

El comunismo es la filosofía al fracaso, la ignorancia y la miseria. W. Churchill.

Es muy común encontrar justificaciones de quienes defienden a ultranza al comunismo, socialismo, de todos sus males. Nicolas Werth en Hambrunas soviéticas, hambruna ucraniana: historia y memoria frente al arma del hambre (2024) sostiene que: en dos años, del verano de 1931 al verano de 1933, casi 7 millones de soviéticos, en su gran mayoría campesinos, murieron de hambre durante la última gran hambruna europea en tiempos de paz: casi 4 millones en Ucrania, un millón y medio en Kazajstán y alrededor de 1.2 o 1.3 millones en Rusia, principalmente en las regiones agrícolas más ricas del Volga, las Tierras Negras y el Kubán.

Es crítico, Werth, al comentar que los pueblos de Europa Central y Oriental que sufrieron el imperialismo ruso y la represión soviética aún guardan un vivo recuerdo de ello, mientras que los de Europa Occidental a menudo ignoran su existencia.

La referencia al diagnóstico histórico con respecto a los nostálgicos del comunismo se puede contemplar desde dos perspectivas. Una, considerando los hechos sociales, políticos y culturales como se ha contemplado en el estudio permanente al análisis del Capital de Carlos Marx y otra haciendo un rastreo de la evolución de los conceptos a través del tiempo y al interior de los textos de los diferentes autores a fin de descubrir el valor y significación de estos.

Yo prefiero encontrar el diagnóstico en los resultados. En las cifras. En los hechos, porque como bien dice Julio Iglesias en Vélez por lo mañana: dato mata relato.

Tanto el comunismo, como el socialismo, son ideologías fallidas. Es así como en la propuesta económica del Socialismo del siglo XXI, economía de equivalencias, formulada por Dieterich (2003) correspondió más al análisis permanente de los males sociales, Marx, que han primado en el continente suramericano desde su independencia.

Chávez, fue muy cuidadoso en no hacer referencia al término socialismo, directamente, asociando a la necesaria “transformación” del Estado como lo planteó en su discurso de posesión en 1999. Solamente, fue hasta el 2005 que comenzó a dibujar el socialismo del siglo XXI como el único camino viable para Venezuela.

Los resultados del socialismo del siglo XXI, nostálgicos del comunismo, se encuentran a la vista por donde se aplica. En Cuba, Nicaragua, Bolivia, Venezuela hasta en el mismo Brasil. La Argentina de los Cristina K no fue la excepción. En Guatemala de Ärbenz. En Chile con Allende.

El comunismo y el socialismo acaban con todo.

Hasta con Petro y su Colombia humana.

Con el objetivo del 2026 al frente, se hace necesario que la sociedad en general reflexione profusamente al momento de elegir un candidato que promueva romper o fracturar con todo aquello que produjo el bien estar de una nación pujante como lo fue Venezuela hasta la llegada de Chávez o como lo acontecido con Petro y su pacto histérico.

Porque cuando la sociedad colombiana se despierte de la pesadilla del desgobierno del señor Petro, se dará de cuenta que el déficit fiscal asciende a la astronómica cifra de $38 billones, ¡$38 billones!

Mientras tanto, el inefable minsalud Jaramillo en una delirante declaración sostiene que los colombianos debemos dejar de consumir cerveza para consumir chicha y guardar la plata debajo del colchón. Pero, para contratar a un hijastro en la Adres, el sistema capitalista si funciona.

Yo me pregunto si los y las candidatos, as, presidenciales tienen claro el enorme hueco fiscal que está dejando a Colombia este desgobierno del señor Petro.

Puntilla: los señores Lafaurie y Valencia Cossio nada que renuncian a la mesa de negociación con el eln.

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