¡Ya es hora!
Fui criado en una casa donde las mujeres son muy importantes, tanto que mandan como generales y llevan la organización de sus respectivas casas con mucha certeza. Cuando leí “Cien años de Soledad”, no fue nada extraño constatar el enorme don de mando de Úrsula Iguarán, porque era idéntico al de mi abuela materna.
García Márquez decía que en su casa se hacía lo que el obedecía. Y yo he seguido a raja tabla ese gran principio, porque las decisiones de las mujeres están impresas de mucha sabiduría, y porque la coherencia de la mujer es prácticamente insobornable.
La historia está llena de mujeres que gobernaron sus países con gran eficacia; Isabel Primera (1533-1603) quien gobernó durante cuarenta y cinco años, e hizo de Inglaterra una verdadera potencia, como nunca jamás se ha visto. Catalina la Grande de Rusia (1729-1798), ídem. Amiga de Francisco de Miranda. Quien gobernó durante treinta y cuatro felices años, los que expandieron el imperio, quien precisamente anexo a Crimea, creo el senado ruso, descentralizo su vasto territorio para hacerlo más gobernable, fundo universidades, creo el sistema bancario, fomento la agricultura, logros que hoy perduran. Y al igual que Isabel de Inglaterra tuvieron periodos donde las artes y la literatura ejercieron gran influencia. Fue la época prospera de William Shakespeare.
¿Qué será lo que tienen las mujeres que cuando se disponen a liderar procesos, lo hacen con tanta eficacia y todo lo que toca lo vuelven oro?
Y no solo en nuestra cultura occidental. En China la Emperatriz Wu Zetian (624-705) cuyo país estaba sumido en un enorme desastre, muy parecido a la Colombia hoy, rectifico el rumbo y fortaleció su economía. Cixi (1835-1908), “La Emperatriz Viuda”, quien transformo la China de un imperio medieval hacia un Estado moderno, industrializándolo, trayendo el ferrocarril, la electricidad. Cixi creó un ejército fuerte (como quiere hacer la Cabal), provisto de los más sofisticados armamentos. Quien con la ayuda de varios generales ingleses, y el gran general Conde Li Hong, desterraron de su suelo patrio (como lo quiere hacer la Cabal) la guerra de guerrilla que vivía su país en ese momento aciago.
Ya es hora que Colombia tenga una mujer presidente. Y que las mujeres lideren los asuntos del Estado, como lo están haciendo la bella senadora Nadia Blel o la verraca senadora Lorena Ríos. Las que están como heroínas salvando a los colombianos de la tragedia que serían las reformas del gobierno Petro. En el escenario colombiano hay muchas mujeres valiosas, a mí especialmente me cautivan las senadoras Cabal y Valencia, ambas muy sobresalientes. Hay precandidatas con mucha opción para ser presidentas, y con tal grado de mandarria y tenacidad que solo les hace falta ponerles las charreteras de los generales.