El discutido consejo de ministros que Petro decidió transmitir por TV para “defender su trasparencia” demostró asuntos que a algunos les parecían poco trascendentes. Los más relevantes: el síndrome del yo no fui que sufre el presidente y la existencia del tapen… tapen…
El síndrome de Petro tiene gran similitud con el de Aspergen, se basa en que nada le concierne: si hay un problema en la salud, como una de las causas del síndrome es el autismo, no pude ser mejorado, es necesario destruirlo para empezar de cero. Otra de sus causas es el trastorno neurológico que inclina a echarle la culpa a otros de sus propias deficiencias y así, el problema del Catatumbo cuya alerta temprana fue advertida por la defensora del pueblo, obviamente no es suyo, ni de su complacencia con los grupos armados ilegales, ni del desmantelamiento de la fuerza pública, ni del contubernio entre ELN con el Cartel de los Soles es, simplemente, un problema de Estado, por el cual, el grave desplazamiento, muertes, y confinados en El Catatumbo, ni siquiera se menciona en este sainete.
Hay otras características del síndrome que encontré con la ayuda del señor Google: dificultad para comprender situaciones sociales y formas sutiles de comunicación; conductas perseverantes; Intereses restrictivos; Inflexibilidad; dificultades con el pensamiento imaginativo y creativo; intransigencia; incapacidad de concertar y dirigir. Eso lo llevó a regañar a sus ministros por incompetentes como si no fuese él quien los nombró y el responsable de controlarlos y dirigirlos.
Ni se diga del tapen… tapen… No me aterra que el presidente gobierne con sus amigos, no solo es normal ha sido común denominador en nuestra historia salvo contadas excepciones de aquellos respetuosos que han incluido en su nómina representantes de la oposición para dar cabida a diferentes pensamientos y permitir que en el país quepamos todos. Lo grave no es lo primero, es la incapacidad o nula voluntad de escoger amigos honestos, capaces, preparados para el cargo y fieles a sus principios éticos y morales virtudes que, ahora, gozan del sueño de los justos.
Para no salirme del tema, Petro nombra a Benedetti jefe del gabinete, no por su capacidad organizativa, gerencial o de liderazgo, para mantenerle cerrada la boquita de quien todo se lo sabe y no solo para “darle una segunda oportunidad” como lo dijo en defensa de Benedetti porque el man lleva cuatro: la embajada de Venezuela que disfrutó, pero no le gustó; la apertura de la embajada de la FAO liquidada hace un cuarto de siglo; la asesoría política presidencial, y, ahora, la jefatura del gabinete. Para ello hubo de quemar a medias a la funcionaria preferida por que lo sacaba de apuros cuando cumplía “su agenda privada”. Laura Sarabia, quien había adquirido enorme poder después del delicado evento de la desaparición de un maletín o maleta llena de billetes cuyo monto y destinatario han logrado embolatar y que causó, además, el “suicidio” de un alto oficial entrenado para soportar casos de profundo estrés.
Como Laura no podía quedar en la calle ahora es nuestra Canciller así no sepa que es un yes, porque es prioridad que en boca cerrada no entre mosco. Y con estos dos nombramientos pulularon los desacuerdos entre ministros y jefes de departamento, renunciaron tres con suficientes pantalones por estar en franco desacuerdo, y llovieron críticas, protestas, pataletas y berrinches de altos funcionarios del gobierno, incluyendo la del “helicotero”, que a Petro le resbalaron o, simplemente, se hizo el loco.
¿Seremos capaces de tener en cuenta la enseñanza del Rincón de Dios?
El Rincón de Dios
“Pero conociendo Él su pensamiento, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma, se derrumba.” Lucas 11:17