Es deber de los católicos rezar y pedir por la salud del Santo Padre. El Papa, al margen de cualquier consideración, es el Vicario de Cristo, lo que significa que él es el representante de Dios en la tierra.
Elegido por los señores Cardenales reunidos e inspirados por el Espíritu Santo, el Papa Francisco es quien lleva sobre sus hombros el mandato que Jesús le dio a uno de sus apóstoles: Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
Fue elegido en un momento de grandes incertidumbres. Su antecesor, Benedicto XVI, invocando motivos de salud, renunció al pontificado, una decisión con muy pocos antecedentes en la tradición de la Iglesia, donde se establece que el Papa ejercerá su cargo como sucesor de Pedro de forma vitalicia.
Su “mandato”, como se ha establecido en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, no tiene un periodo. Una vez elegido, el Papa no tiene jefes, ni superiores en la tierra. Tanto es así que, en los pocos casos de dimisión, ninguna persona o cuerpo puede hacer aceptación de la misma.
Ante el deterioro de la salud del Papa Francisco, es natural que algunos inquieran sobre una posible sucesión. Cómo se elegirá a su sucesor, quiénes participarán en el próximo cónclave y, por supuesto, quiénes son los cardenales papables.
Es necesario remitirse a la ya citada Universi Dominici Gregis, promulgada por San Juan Pablo II en 1996. El artículo 33 de esta norma indica: “El derecho de elegir al Romano Pontífice corresponde únicamente a los Cardenales de la Santa iglesia Romana, con excepción de aquello que, antes del día de la muerte del Sumo Pontífice o del día en el cual la Sede Apostólica quede vacante, hayan cumplido 80 años de edad”.
A hoy, la Iglesia cuenta con 252 cardenales, de los cuales 138 tienen menos de la edad límite.
Como dato interesante, dos de ellos tienen 99 años: los cardenales Estanislao Karlic -de Argentina- y Angelo Acerbi, de Italia.
El cardenal Acerbi tiene una historia con Colombia. Era el Nuncio Apostólico de san Juan Pablo II en Bogotá el día que la banda terrorista M-19 se tomó a sangre y fuego la embajada de la República Dominicana. Acerbi estaba en la sede diplomática y fue uno de los que permaneció en manos de los facinerosos durante las más de seis semanas que duró el demencial asalto.
Colombia tiene tres cardenales: Rubén Salazar -no elector, 82 años-, Jorge Enrique Jiménez -no elector, 82 años- y Luis José Rueda Aparicio, elector.
De acuerdo con los expertos vaticanistas, hay 22 cardenales que gozan del respeto y admiración de sus compañero del colegio. Once de ellos fueron de creación cardenalicia por el Papa Francisco, nueve por Benedicto XVI, y dos por San Juan Pablo II.
Aunque el código canónico no ordena que el elegido sea un purpurado -para ser Papa ese requiere ser varón, católico bautizado, célibe y de sana doctrina- desde el siglo XIV todos los Pontífices han sido cardenales.
Uno de los más queridos es Robert Sarah, quien está muy cerca de perder la calidad de elector, pues cumple 80 años el próximo 15 de junio.
El cardenal Sarah es respetado por su defensa de la tradición y el rechazo a posturas “progresistas” como la ordenación de mujeres diáconos, o la bendición de parejas del mismo sexo, proceder que el cardenal acertadamente ha considerado como un herejía. También se ha opuesto a la prohibición del Vetus Ordo -Misa Tridentina- y a los discursos extremistas a favor del supuesto cambio climático, o los que promueven la inmigración ilegal.
El cardenal Sarah, nacido en Guinea, conoce como pocos las angustias y sufrimientos de las personas menos favorecidas.
Otro de los cardenales que goza del aprecio del colegio es el actual secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. Es una de las personas que está más cerca del Papa Francisco. A pesar de su poder, un importante e influyente sector de la Iglesia lo ha criticado por haber propiciado el acercamiento entre el Vaticano y el régimen chino. Destacados jerarcas han señalado al cardenal Parolin de ser el “responsable” de entregar a la Iglesia al comunismo de Beijing. También ha sido cuestionado por el manejo de las finanzas vaticanas, donde estrechos colaboradores suyos han sido condenados por malos manejos y desvío de fondos.
Lo cierto es que sólo Dios sabe cuándo sucederá y quién será el sucesor de San Pedro. Una vez se decrete la Sede Vacante, las funciones administrativas del Vaticano serán asumidas por el Camarlengo que en este caso es el cardenal irlandés Kevin Farrell, quien organizará el cónclave que elija, cuando corresponda, al Sumo Pontífice.
El proceso está previsto, reglado y perfectamente planificado. Por ahora, seguir pidiéndole a Dios por la recuperación del Papa Francisco.
Publicado: febrero 20 de 2025