Según la inteligencia artificial (IA) el cohecho es un delito que consiste en pedir, ofrecer o aceptar un beneficio personal para que un funcionario público realice u omita una acción propia de su cargo. También se conoce como soborno, y en el Gobierno del Cambio es algo que pulula todos los días.
Que tumbada tan grande les pegó Petro a sus votantes, sobre todo a los jóvenes que inexplicablemente creyeron que él podía hacer el cambio en Colombia, acabar con unas malas costumbres políticas y con la corrupción, cuando la realidad ha sido que las ha potencializado.
Esa tumbada o engaño en algunos sitios del país le dicen hacer “conejo”, no se entiende como todavía tiene una popularidad por encima del 30%, es que hasta ahora no ha hecho nada bien, pero si ha hecho mucho mal.
Independientemente de acabar con la salud, las pensiones y la economía, lo más preocupante ha sido el grado de polarización y de violencia en que tiene sumido el debate político. Petro ataca diariamente a sus oponentes con saña y culpa a todo el mundo de todo, un día el culpable es Uribe, el otro las Cortes y el otro el Congreso. Nunca su ineptitud.
Ya van seis encanados por el escándalo de la Ungrd, la última la mensajera Sandra Ortiz. Cada uno que va cayendo va delatando a más personas, esto parece un castillo de naipes donde todos sabemos que debe caer es quien dio la orden, no solamente quienes obedecieron.
Lo que le queda al Gobierno no pinta bien, se les acabó la plata teniendo el presupuesto más alto de la historia, han aumentado los gastos de funcionamiento en más de $100 billones y disminuido la inversión. Todo lo contrario, a lo correcto. Lo preocupante de todo esto es que estrategia están maquinando para las elecciones del 2026 para mantenerse en el poder.
Este diciembre ha sido el más negro para el Gobierno, el Congreso le hundió la Ley de Financiamiento, la Reforma Política y dejó agonizante la Reforma a la Salud. Parece que por fin algunos congresistas se empezaron a asustar con el cohecho y quieren parecer independientes ante los hechos claros de entrega de contratos y dádivas a cambio de votos.
Esta semana perdí una apuesta, yo tenía la esperanza que Petro no comiera buñuelo este año en la Presidencia. La violación de topes de la financiación de la campaña es tan evidente que cualquiera que se hiciera el pendejo prevaricaba. Desafortunadamente, ya vimos como el presidente de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes camina orondo por el Ministerio de Hacienda al parecer esperando la repartija. Esperemos que este personaje sea otro de la lista de imputados en los próximos meses.
La reconstrucción de Colombia necesitará de muchos esfuerzos, han destruido demasiado por todas partes y todos los sectores se han visto perjudicados. Se necesitará de un equipo de Gobierno de muy alto nivel para lograrlo.
A mi modo de ver lo más preocupante es el estado en que dejan las finanzas públicas porque todo con plata es más fácil. La disminución del recaudo de impuestos se debe revertir, para esto se debe dar otra vez confianza al sector privado para que haga inversiones, para que crea en el país.
No deja de ser preocupante en el estado de postración que está quedando la seguridad, la paz total es más la impunidad total, los grupos armados se han tomado ya más de la mitad del país, todo sabemos que sin seguridad ni pio.