La llegada de Armando Benedetti a la presidencia de la República no puede ser tratada como una equivocación más de Petro. Nada bueno puede emanar de esa sucia jugarreta, con la que el presidente de Colombia pretende limpiar el prontuario del delincuente que hasta hace poco estuvo ejerciendo como embajador de Colombia ante la FAO.
La foto de Benedetti, Petro y la peligrosa Laura Sarabia debe ser calificada como el retrato de un cartel de criminales. Colombia es un país donde resulta muy difícil alcanzar un consenso. El asunto de Benedetti es de las pocas excepciones: en casi todos los sectores políticos, sociales, económicos y periodísticos, su presencia en la administración pública ha sido rechazada vehementemente.
Son muy pocos los que defienden su inocencia. Tal vez nadie lo haga. Y las razones son rotundas: en Benedetti se encarnan todos los vicios de la política colombiana. No es fácil encontrar un escándalo de macro corrupción en el que su nombre no aparezca vinculado.
Es evidente que Petro se ha valido del presupuesto nacional para pagar el silencio de ese individuo. Miles de millones de pesos fueron destinados a la reapertura de la embajada ante la FAO. Mas de 13 mil euros mensuales pagó el erario por concepto de alquiler del lujoso apartamento en Roma, en el que vivió hasta hace poco el flamante embajador. Eso sin contar los sueldos, primas y viáticos que le fueron desembolsados.
La designación de Benedetti como asesor presidencial es un escupitajo a la cara de los colombianos. Pero como Petro sólo gobierna para sus electores, creyó que su decisión sería recibida con alborozo. No ocurrió. En los cuarteles del progresismo criollo hay desconsuelo. En eso quedó el tal “cambio”: con Armando Benedetti delinquiendo desde una oficina en la Casa de Nariño.
Más grave que un presidente incompetente, es un presidente secuestrado. Y así está Petro. Su nuevo asesor y su jefe de gabinete lo tienen contra la pared. Ellos, mejor que nadie, conocen a fondo todos los crímenes que se cometieron durante la campaña presidencial. Con eso es suficiente para que Petro les otorgue licencia para hacer lo que les venga en gana. Nada de lo que ellos urdan será respetuoso de la ley penal.
Que se olviden quienes aseguran que Colombia no va a hundirse más. Lo que se ha visto hasta ahora es un chiste en comparación con lo que empezará a registrarse a partir de ahora. Armando Benedetti no es un asesor presidencial, sino un asesor delincuencial.
Publicado: noviembre 27 de 2024