Según Karl Marx (1818-1883); “El significado de paz es la ausencia de oposición al socialismo». Marx plantea, que si no hay comunismo no habrá paz. El comunismo tiene como fin último la desaparición de las clases sociales y el surgimiento de una sola; el partido, la dictadura del proletariado.
A partir de esta premisa, lo que se da entonces como primer paso, es una lucha de clases. Tan tenaz que solo se logra con la eliminación de la llamada clase burguesa.
Adobada con un discurso que tiene su fundamento en que los males de la sociedad se deben al capitalismo y que este debe ser aniquilado. Por lo tanto la teoría marxista insiste en el enfrentamiento entre las clases sociales. Según ella la armonía y la paz social sólo serán posibles en una sociedad comunista, sin clases sociales.
Esta filosofía suena muy compasiva, hasta que los medios de producción de bienes, el aparato productivo, pasan a manos del estado y desaparece el libre mercado, el emprendimiento individual y la iniciativa privada.
Porque el comunismo básicamente trata que el satisfacer de las necesidades individuales debe estar subordinada a la necesidades sociales de los demás. De ahí que deba eliminarse la propiedad privada sobre los medios de producción de bienes.
Este discurso ha logrado posicionar la palabra “capitalismo” como un engendro del mal. Cuando es todo lo contrario. El libre mercado y el capital son inherentes al ser humano.
Según se desprende del acuerdo de la Habana, sólo con la destrucción del estado capitalista es posible alcanzar una relativa paz.
¿Qué quiere entonces los grupos guerrilleros? Habría que preguntar si la Farc 2, el ELN, quieren una paz como la de Marx.
Lenin siempre pensó como gran estrategia, que la implantación del comunismo en Alemania reforzaría sus proclamas y sería la semilla que se irrigaría por toda Europa. Igual pensó Fidel Castro que sembrar el comunismo en Colombia es tan estratégico como lo era para Lenin en la Alemania.
La táctica era empezar con Ecuador, Bolivia, Nicaragua pero sobre todo con Venezuela, que a través de los sentimientos desproporcionados acerca del pensamiento del libertador Bolívar, Hugo Chávez había empezado a implantar en un “sancocho ideológico” los derroteros de esa doctrina que hoy muestra al mundo sus nefastos logros. Y que se haría a través de su riqueza petrolera, lo que permitiría su fácil exportación. Y que la semilla en Colombia ya estaba sembrada con los movimientos terroristas de la Farc 2, ELN, y con el necesario apoyo financiero de la bonanza cocalera.Alguien dijo que Álvaro Uribe Vélez es el muro de contención, la muralla que no permite la entrada del comunismo en Colombia y en América Latina. Nada más cierto, tanto que se podría pensar que la principal maniobra para la implementación de la paz como la quiere la Farc es con la necesaria aniquilación de Uribe Vélez.
@GabrielTorices
Publicado: octubre 29 de 2024