El inefable Andrés Peñate

El inefable Andrés Peñate

El expresidente Uribe claramente se equivocó en la escogencia de algunos de sus funcionarios, como es el caso de Andrés Peñate, un sujeto oscuro que evidentemente manejaba una doble agenda. Primero fue viceministro de Defensa con Martha Lucía Ramírez, y luego director del DAS. 

Cuando trascendieron los denominado WikiLeaks, se supo que Peñate, quien tenia a acceso de información relacionada con la seguridad nacional de Colombia, pasaba buena parte de su tiempo llevando chismes y consejas, cual cocinera, a la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá. Su proceder no era el de un funcionario digno que maneja con la altura y el decoro debidos una relación de cooperación con un gobierno extranjero, sino el de un sucio correveidile interesado en desacreditar, a través de suposiciones falsas, a otros miembros del gobierno para el que él trabajaba. 

Peñate se presenta como un hombre impecable y como un académico; una mansa palomita que le entregó unos años de su vida a una patria que no supo corresponderle. Cuando se fue del gobierno de Uribe, dijo que tenia que hacerlo porque el sueldo que percibía no le alcanzaba para atender sus obligaciones familiares. 

Poco menos que un arcángel. 

Lo cierto es que su salida dejó una estela de dudas sobre su proceder, particularmente en lo que tuvo que ver con posibles interceptaciones y seguimientos ilegales perpetrados por el desparecido DAS, entidad que él dirigió durante dos años y dos meses. Peñate se ha defendido diciendo que, durante su periodo, él intentó reformar la entidad, argumento que la justicia colombiana evidente no cree.

Y es por eso que el sujeto en cuestión tendrá que responder penalmente por sus actuaciones. 

La semana pasada, estaba citado a una audiencia en la que le iba a ser imputado el delito de concierto para delinquir. La fiscalía tiene en su poder cinco cajas con evidencias en su contra, pruebas que indicarían que él, a espaldas del presidente Uribe, presuntamente habría participado en los seguimientos ilegales perpetrados por agentes del DAS. 

Se espera que la audiencia por fin pueda llevarse a cabo a finales del mes de octubre, si es que Peñate y sus abogados no hacen una nueva maniobra dilatoria. Lo cierto es que las pruebas contra ese sujeto son muy comprometedoras y no la tendrá fácil. Si es hallado culpable, se expone a una condena de hasta 18 años de cárcel que, por la gravedad del delito, tendría que cumplir en un centro penitenciario. 

Uribe desatinó al fiarse de Andrés Mauricio Peñate Giraldo, un tipo en el que claramente no se puede confiar y al que es muy difícil creerle. Él es lo que comúnmente se conoce como un lobo con piel de oveja.

@IrreverentesCol

Publicado: octubre 9 de 2024