Los corresponsables de la catástrofe colombiana

Los corresponsables de la catástrofe colombiana

Al “tren ganador” de Petro se subieron muchos políticos profesionales. La opinión tiende a enfocarse en los casos del delincuente Armando Benedetti, del bribón Roy Barreras, del politicastro Alfonso Prada y, recientemente, en el del maniobrero Juan Fernando Cristo. 

Pero fueron muchos más. El caso más aborrecible es el de Alejandro Gaviria, un engreído enamorado de sí mismo al que un par de vecinos y su esposa un día convencieron de que tenía posibilidades de ser presidente de Colombia. 

Creyó tanto en esa mentira, que renunció a la rectoría de una universidad y obligó a su mujer a renunciar al cargo que ocupaba en el Banco de la República, puesto al que, hay que decirlo, llegó por puro y simple nepotismo. 

Cuando se estrelló contra la realidad, canceló su fallida candidatura presidencial y, pensando con el bolsillo, se sumó a la campaña del que punteaba en las encuestas, a pesar de que en la misma se referían a él utilizando los peores términos y adjetivos. 

Gaviria se convirtió en petrista pensando en que se elevaría como el hombre estrella del gabinete. Una vez más, dejó que su vanidad lo obnubilara. 

Como a un perro hambriento, el presidente socialcomunista le tiró un hueso con el que entretuvo durante un par de meses al famélico can. 

El paso de Gaviria por el ministerio de Educación fue fugaz. Salió por la puerta de atrás. Recibió el trato reservado para los ganapanes carentes de principios y rebosantes de ambición. 

Con todo el cinismo del caso, Gaviria pretende reconstruir su grotesca carrera política erigiéndose como un censor moral del gobierno que él ayudó a elegir. 

Dado que el haber propiciado la victoria de Petro no es un tipo penal -debería serlo- y en consecuencia no puede imponerse una sanción que vaya acompañada de privación de libertad en centro penitenciario, se abre el paso para la imposición de castigos políticos.

A todos los farsantes que impulsaron la campaña petrista debe aplicárseles los más severos escarmientos sociales. Deben ser tratados como parias y enemigos de la democracia.

Colombia está al borde del colapso. Petro está a punto de desatar una oleada de violencia oficial contra todos sus críticos y opositores. 

La economía está a punto de colapsar, la sociedad está irremediablemente fragmentada y la violencia campea a lo largo y ancho de la geografía nacional, mientras los cultivos ilícitos crecen exponencial e imparablemente.  

Y aunque el responsable es Petro, él ha podido romper en mil pedazos a Colombia gracias al apoyo de sus adláteres tanto de la extrema izquierda, como de otras expresiones políticas, particularmente del liberalismo, corriente de la que hace parte Alejandro Gaviria. 

@IrreverentesCol

Publicado: septiembre 18 de 2024