Dejémonos de chambonadas
Por: José Miguel Santamaría Uribe
Cuando ya han pasado más de dos años del gobierno de Gustavo Petro es un hecho que la izquierda colombiana perdió una oportunidad histórica de demostrarle a los colombianos lo que eran capaces de hacer: que su discurso no era solo retórico, que sabían gobernar y que iban a cumplir. Pero no. Hasta ahora, puras pérdidas.
Según el diccionario de la lengua española, una chambonada es el desacierto propio del chambón, una torpeza. Y el chambón se define como la persona de escasa habilidad en el juego, caza o deportes. Que mejor manera para describir un gobierno que tiene o nos tiene en el borde del abismo económico, político y de seguridad.
No puede ser posible que después de haber pasado un presupuesto general de la Nación para el año 2024 con unos ingresos que no iban a lograr y que por cuenta de esto han estado todo el año con problemas de caja, que están debiendo a contratistas y que no están haciendo los giros a entidades a tiempo, pretendan pasar por el Congreso para el 2025 otro presupuesto mal hecho, dicen los analistas, con $38 billones de ingresos de más.
Lo peor, dice en su última alocución Petro, es que si el Congreso no lo aprueba lo pasa por decreto, como si de esa manera se arreglara el problema. No tiene ningún sentido económico pasar un presupuesto mal hecho. Es como si en una empresa se inflaran las proyecciones de ventas para crecer los gastos.
Pero lo peor es que ya radicaron la Reforma Tributaria en el Congreso. Con ésta aspiran a recoger 12 billones de pesos. En una primera revisión de esta reforma se ve cómo están borrando todos los principios ideológicos y además prometidos para salir elegidos a cambio de lograr caja. Estos son los puntos más relevantes de la reforma:
1. Le abren un hueco a la regla fiscal que es la que nos protege de no perder la calificación de riesgo internacional y de proteger las finanzas públicas. Esto lo hacen diciendo que cualquier proyecto que lleve a hacer una transición energética debe estar por fuera de esta regla. Pero, adicionalmente, dice que aumenta gastos de 5 billones de pesos adicionales.
2. Al mismo tiempo se contradice frente a la transición energética cuando pretende subir el IVA de los carros híbridos de 5% al 19%. Según esto ya no quiere promover el uso de energías limpias.
3. Aumenta la tarifa del impuesto de renta a personas naturales y le disminuye las exenciones. Esto sigue golpeando al asalariado, al empleado formal y estimula la informalidad.
4. Aumenta el pago del impuesto al patrimonio. Ya lo habíamos advertido que este impuesto es antitécnico, toda vez que se debe cobrar es por ingresos.
5. Tambien vuelve a aumentar el impuesto a la ganancia ocasional, lo sube del 15% al 20%, esto va a deprimir más el negocio inmobiliario ya que el valor catastral de un inmueble en muchas ocasiones es bien diferente al precio de mercado.
6. Aumenta el impuesto de los juegos de azar del 20% al 25%
7. En el caso de la gasolina y el diésel aumenta el impuesto al carbono y termina subiendo aún más el precio de estos productos.
Como vemos la Reforma es totalmente alcabalera. Solo busca nuevos recursos que adicionalmente no alcanzan a cubrir el faltante del presupuesto. Pero adicion además no se dan cuenta que a medida que sigan subiendo impuestos la economía y la actividad productiva se golpea y se generan menos utilidades, menos ventas y, por lo tanto, menos impuestos.
El Congreso no debería ni estudiar esta reforma hasta que por lo menos pasen un presupuesto ajustado a la realidad.
Publicado: septiembre 16 de 2024