Si el enemigo comete errores, déjalo que los siga cometiendo, Napoleón.
Si hay un concepto que se debe tener en cuenta para las elecciones del 2026 debería ser el de la decencia. La pérdida del concepto de la decencia, es decir: el de la honestidad, la limpieza, la dignidad, que debe ser el marco del quehacer humano, debería convertirse en el acuerdo sobre lo fundamental como bien lo planteó el doctor Álvaro Gómez Hurtado en su momento con el único fin de recuperar la gobernabilidad, si es que la tuvimos, tan perdida en tiempo presente.
La decencia, por ejemplo, debería aparecer en la discusión planteada con respecto a la aprobación del presupuesto general de la nación, pgn, superior a los $503 billones junto con el adicional de 12 billones de pesos que ha suscitado la fluidez verbal no solamente del señor Petro, sino del senador Efraín Cepeda, presidente del congreso, quienes se reparten las tortas como buenos camaleones que son del santismo – petrismo en medio de la debacle moral y económica que comenzamos a padecer.
Una radiografía de lo indecente y fluido en que se ha convertido el pgn consiste en la afirmación del empresario Fernando Orjuela quien sostiene que: el panorama que vemos en materia presupuestal es lo más perverso que se pueda presentar porque de los $503 billones de pesos para el 2024 cerca del 60% se van para gasto central, un 20% para pagar los servicios de la deuda tanto pública y privada y tan solo nos dejan un 20% para inversión.
Es decir que a nosotros los empresarios apenas nos dejan el 20%.
Con el agravante que si se hace una leve comparación frente al 2000 cuando éramos 40 millones de habitantes con un presupuesto de $26.4 billones, para el 2024 cuando somos 50 millones de habitantes el gasto público de funcionamiento se incrementó a $308 billones. Mientras que el crecimiento de la población es lineal del 10%, el pgn tiene un crecimiento exponencial del 700% desde el año 2000.
Esto es aberrante e indecente.
Lo que no tiene justificación es que se quiera justificar semejante esperpento de pgn cuando las necesidades del ciudadano de a pie comienzan a contraerse.
Por lo demás, se comienzan a ver en Bogotá avisos de remate de propiedades de finca raíz de entidades financieras. Es decir que los propietarios de finca raíz presentan dificultades para cumplir con sus obligaciones teniendo como única solución la entrega de su propiedad.
Y si a lo anterior adicionamos la declaración de la senadora Lozano quien sostiene que no se ejecuta el presupuesto. A su vez, el fluido señor Petro acusa a la senadora Lozano de perfidia, valiente rostro.
Mientras tanto, un rapero en Transmilenio nos saluda diciendo que Claudia López nos manda saludes, otra de fluidez verbal.
Que disculpas por haberse robado la plata del metro…
Y de género fluido el minsalud Jaramillo quien vuelve a presentar una reforma a la salud de espaldas al congreso de la república.
Recordemos que minsalud Jaramillo dentro de su fluidez verbal le anticipó al minhacienda Bonilla que tendría que poner culo.
Hay que contar con un gran género fluido para justificar lo indecente, amoral, corrupto, decreciente y pegasus del desgobierno del señor Petro.
Y Sergio Clavijo en un foro sostiene que Colombia lo que necesita es una presidente de centro izquierda tan fluida como Claudia López.
Colombia se merece su suerte.
Puntilla: Si tuvieran algo de decencia minhacienda Bonilla quien no solamente es perverso, sino que debería renunciar, al igual que el señor Roa de Ecopetrol.
Rafael Gómez Martínez
Publicado: septiembre 17 de 2024