Mi conciencia tiene para mi más peso que la opinión de todo el mundo, Cicerón.
¿En los tiempos presentes se puede poner en duda la vigencia de una ley moral? Aunque, si somos sinceros, podríamos casi que anunciar orgullosamente que la inmoralidad pareciera que se hubiera convertido en el lenguaje cotidiano.
La moral es, quizás, el punto más alto en el que un conservador de verdad debería asumir posiciones y actitudes no solo frente al señor Petro y todo su desgobierno amoral, corrupto, déspota, decreciente y cósmico, sino frente a la vida en general.
El Partido Conservador debería ser el de la conciencia tranquila, como bien plantea Cicerón. Sin embargo; se deja llevar por la opinión para terminar tranzando todos sus principios y valores morales no importa el desgobierno amoral que sea.
Quizás, esta laxitud e indiferencia por las cuestiones morales puede ser una de las causas del debilitamiento sentimiento conservador en el tiempo presente. Sentimiento conservador, por lo demás, con el cual nadie se identifica.
Para corroborar la anterior afirmación, vayamos no más hacia su actitud frente al dolor de los venezolanos, pueblo que no logra vencer su yugo que lo vio nacer. Una bandera conservadora debería ser frente al deplorable comportamiento del señor Maduro y su régimen oprobioso en Venezuela. Se pronunció el CNE y el tribunal supremo, su brazo político armado para justificar su “triunfo” electoral y nadie del pc dice algo.
El ser capaz de emitir un juicio moral sobre las acciones incorrectas y amorales del señor Petro y compañía debería ser otra de sus banderas.
Empero, por debajo de la mesa sus representantes y senadores hacen el par doble ciego cuando votan junto con el pacto histórico todo proyecto de ley, acto gubernamental, nombramiento que se atraviese sin ningún reparo.
Este mal que circunde no es exclusivo del Partido Conservador.
La sociedad colombiana, en general, decidió tomar una actitud transaccional narcótica en todos aquellos puntos que atañen al comportamiento moral básico con una actitud laxa y permisiva frente a la paz total del señor Petro, por ejemplo, donde negociadores en representación del expresidente Álvaro Uribe se sientan en la mesa llena de flores en Caracas o en La Habana para negociar lo que no se debería negociar, así como se hiciera durante el amoral gobierno del señor Juan Manuel Santos con las FARC.
No deja de ser una actitud poco menos que ridícula y amoral la de apoyar la paz total del señor Petro que nos está llevando a la ruina moral de la nación.
Así como, no deja de ser ridículo que todos los partidos políticos asentados en el congreso de la república aprobaran al unísono la reforma tributaria del exministro Ocampo, con su sonrisa irónica, durante la primera legislatura cuyo resultado final lo estamos viendo en la declaración de renta en el presente periodo cuando un contribuyente que declaraba $1.000.000 en el 2023, hoy declara $1.400.000 y todos felices, comieron perdices.
Pregunta ingenua: Si la Dian presta al 28% y el sistema financiero al 27% ¿para qué sirve la baja de interés del banco de la república?
Mientras tanto, el ministro Bonilla nada que renuncia, al igual que Roa, Benedetti y demás. El joven Nicolás Petro continúa jugando tenis feliz de la pelota en Barranquilla a donde llegó el señor Jesurun quien continua en su cargo sin ningún reato moral.
Puntilla: Más de 110 demandas en contra del señor Petro en la cámara de acusaciones. ¿nadie dice nada? Menos aún, el joven representante Manzur…
Rafael Gómez Martínez
Publicado: agosto 27 de 2024