Del brazo del cuestionable abogado penalista Pedro Aguilar, apareció la exconsejera Sandra Ortiz en el bunker de la fiscalía para rendir un interrogatorio.
Ella es la persona clave en el entramado de corrupción de la UNGRD. Fue la funcionaria de la Casa de Nariño que se encargó de estructurar la operación que desembocó en el soborno de un importante número de congresistas, empezando por los expresidentes del Senado y la Cámara, Iván Name y Andrés Guerra.
Hace tres meses, LOS IRREVERENTES revelaron que la trama era presentada por la Ortiz como un “asunto de Estado”. Bajo esa razón “potísima” se impartieron las instrucciones para que Olmedo López entregara los dineros públicos que se utilizaron para el pago de los sobornos.
Minutos antes de ingresar al despacho fiscal en el que se desarrolló la diligencia, la Ortiz visiblemente descompuesta rompió en llanto, y acusó a la prensa colombiana de su situación, como si todo lo que se ha publicado no se ajustara a la realidad. Sobre esa oscura exfuncionaria hay mucho más por revelar, pues su voluntad es ostensiblemente débil frente al delito. Sus largas manos, además de la UNGRD, estuvieron metidas en otros casos que prontamente serán develados.
Una persona que conoce los pormenores del caso de la UNGRD le ha asegurado a este portal que la estrategia de defensa del Carlos Ramón González, hasta hace poco el hombre fuerte del régimen petrista, consiste en depositar sobre Ortiz toda la responsabilidad de lo ocurrido.
La existencia de los hechos es innegable. Abundan las evidencias de los encuentros en el hotel Tequendamaen los que, según el testimonio de Olmedo López, Ortiz recibió los bultos con el dinero en efectivo que terminaron en manos de los congresistas “aceitados” por el gobierno nacional.
Sandra Ortiz no es víctima de los medios de comunicación. Lo que se ha dicho de ella es apodíctico, y su futuro empeorará cuando se develen más evidencias y los demás implicados en el caso se laven las manos y la culpen de lo ocurrido. Ella, sin duda, es la más débil en términos políticos y a la que menos protegerá Petro.
El futuro de la exconsejera es negro. La única salida que tiene está ubicada en la fiscalía general de la nación, donde puede pactar una matriz de colaboración que se traduzca en la confesión y en la delación de todos los que hicieron parte de la trama de la UNGRD.
Publicado: agosto 14 de 2024