Un país como Colombia, donde vivimos en el realismo mágico descrito por García Márquez, no podía ser menos en otros aspectos, menos en el gobierno del cambio, donde todo es fantasía y todo se logra simplemente diciéndolo. Es por eso que fue radicado en el Congreso de la República el presupuesto general de la Nación del año 2025 desfinanciado.
No es para menos, el presupuesto del año 2024 también fue radicado así y por eso estamos como estamos. Había más de veinte billones de pesos en ingresos con muy poca posibilidad de lograrse. Pero además las previsiones de recaudo tributario tampoco se han venido dando, es muy complicado pretender que una economía crezca y de frutos cuando es atacada y vilipendiada por el gobierno diariamente.
El presupuesto del 2025 fuera de venir desfinanciado viene con aumentos exagerados en el gasto público, como si este fuera el camino para reactivar la economía. Si no hay recursos para que se abren diez nuevas misiones diplomáticas y más de veinte consulados por el mundo, donde poco se necesitan.
Pero la perla adicional es que el gobierno Petro pretende además meter una reforma tributaria este mismo año para buscar un recaudo adicional de doce billones de pesos. Ya muchos analistas le han advertido al gobierno que no es buen momento para incluir nuevos impuestos, que la economía está pasando aceite pero que además el ejercicio de la reforma del 2022 les salió mal. No solamente no logró el recaudo nuevo esperado, sino le dio un zarpazo al crecimiento económico.
Nada de lo anterior es lo más grave. Tanto el gobierno como Petro, parece, no se han dado cuenta dónde están parados y qué está pasando, o es que creen que la ciudadana no se da cuenta que estamos ante los hechos de corrupción más aterradores de nuestra historia reciente. Lo que se ha destapado en la UNGRD es escalofriante. Han sido billones de pesos entregados en coimas y sobreprecios para lograr aprobar las malas reformas, y, lo peor, las pruebas en las que el Ministro de Hacienda Ricardo Bonilla ha sido pieza fundamental. Cómo pretenden que los colombianos aceptemos entregar más recursos a quién los ha manejado mal.
Muchos pensamos que sostener a Bonilla en el ministerio es un error; él debe salir a defenderse de los cargos que se le imputan por el bien del gobierno y del país.
Vale la pena anotar que existen fuertes indicios de que vienen más hechos de corrupción y escándalos en otras entidades en la que compra las tierras para entregar a los desplazados y en el programa de ollas comunitarias que en principio cuando se planteó se sabía era un despropósito.
Generalmente los dos últimos años de gobierno el trabajo legislativo es más lento porque empiezan a prenderse los motores para las elecciones venideras. Con más veras será más complicado conseguir las mayorías en el Congreso para pasar la agenda, adicionalmente muchos de los congresistas que han venido apoyando al gobierno en iniciativas están en la boca del huracán por haber recibido dádivas y contratos. Lo que viene está complicado y se pondrá peor.
Adicionalmente al Congreso le va a tocar, sí o sí, adelantar el juicio político a Petro por la financiación ilegal a su campaña. El artículo 109 de la Constitución Nacional lo señala claramente. Si no lo hacen prevarican. Este es un palo en la rueda adicional que debe sopesar el gobierno antes de hacer castillos en el aire con el presupuesto y la Reforma tributaria.
Publicado: agosto 5 de 2024