En un régimen de libertades, no se puede obligar a que las personas hagan inversiones contra su voluntad.
El maestro Frederich Von Hayek enseña que la libertad es “aquel estado en virtud del cual un hombre no se halla sujeto a coacción derivada de la voluntad arbitraria de otro u otros”.
Dice la amenazada constitución colombiana en el artículo 333 que el “Estado, por mandato de la ley, impedirá que se obstruya o se restrinja la libertad económica…”.
Petro contradice los principios de la libertad económica lúcidamente esbozados por Von Hayek en Camino de Servidumbre y Los fundamentos de la libertad, y los mandatos constitucionales y legales del país que gobierna, cuando advierte que implementará una norma que fije las reglas que obliguen a los ciudadanos a hacer inversiones forzosas, lo que en buen romance significa la prohibición para que las personas hagan con su dinero lo que les venga en gana.
La inversión forzosa está íntimamente ligada con el corralito económico, figura de ingrata recordación y que fue el primer paso de la destrucción económica de Argentina, cuando el expresidente Fernando de La Rúa, a comienzos de esta centuria, limitó los retiros bancarios de la gente, con el propósito de controlar la llamada “fuga” de capitales. El resultado fue nefando: la economía se fue al traste, y la inestabilidad política allanó el terreno para que el clan corrupto de los Kirchner se hiciera con el poder.
A mediados del siglo pasado, cuando Europa aún estaba recogiendo los escombros causados por la guerra mundial, el investigador del MIT Henry Phillips, escribió un libro esencial para la defensa de la democracia en momentos en los que aún se sospechaba que el totalitarismo podría prevalecer. En criterio de Phillips, “en una sociedad que avanza, cualquier restricción de la libertad disminuye el número de posibilidades que se intenta lograr, con lo que se reduce el índice de progreso”.
Todos los países socialistas, que cercenan la libertad económica de sus ciudadanos, reflejan índices alarmantes de pobreza, corrupción y subdesarrollo.
China no es la excepción, pues aquel es un Estado en el que cohabitan dos modelos: restricciones en las libertades políticas, y amplitud en las libertades económicas.
El pasado mes de junio, LOS IRREVERENTES advirtieron que Petro estaba preparando medidas para forzar la capitalización de los bancos, obligando a los dueños de los mismos a repatriar miles de millones de dólares, dinero que el gobierno ansía expropiar.
Este portal no estaba especulando. El régimen socialcomunista colombiano está listo para pegarle el zarpazo a los ahorros de 50 millones de personas, a través de las inversiones forzosas. Aquel que tenga dinero líquido y que no se apresure a hacer alguna inversión por fuera del país, que se prepare porque a la vuelta de la esquina lo esperan los decretos por medio de los cuales lo obligarán a comprar bonos del gobierno Petro, o a consignar obligatoriamente esos recursos en el fondo público de pensiones.
Publicado: agosto 12 de 2024