Esta semana en una reunión de amigos se ventiló una tesis sobre Venezuela que nos puso a pensar, “con cara perdemos y con sello también” y la teoría no es absurda: Si Maduro se queda en el poder es posible que vengan a Colombia otro millón de venezolanos desplazados, pero, si cae, el próximo gobierno ganador de las elecciones no estará de acuerdo en mantener allí a los guerrilleros de las Farc y el Eln que gozan de la protección actual y vendrán a engrosar las filas de los grupos ilegales, narcos y mineros espurios, oficios que practican. A su supuesta ideología solo se recurre para ofrecerles “la paz total”.
Maduro perdió las elecciones en franca lid, pero tiene bajo control las instituciones electorales, el Tribunal Supremo de Justicia, los recursos gubernamentales, una cúpula corrupta de las fuerzas militares manipulada por Diosdado Cabello y, como si fuera poco, los colectivos chavistas encargados de la tarea sucia. Ha perseguido sin piedad a cientos de dirigentes de la oposición y encarcelado ¿secuestrado? a muchos; los colectivos han asesinado y herido a manifestantes pacíficos; según medios de varios países y destacados columnistas de opinión que tienen mejores fuentes que la mías, ha importado hackers cubanos y técnicos chinos y recibido apoyo ruso para certificar la falsía.
Las voces de la comunidad internacional fluctúan entre claras, contundentes y “diplomáticas” y basta saberse si las mantendrán o poco a poco se irán cansando y callarán; lo mismo puede suceder con las protestas de la oposición, por desaliento o miedo. La OEA ha estado firme, especialmente su secretario y el embajador Americano, y espera que se apruebe otra resolución, pero es muy probable que gobiernos como el nuestro de nuevo la empantanen. Si así acontece, no es improbable que Maduro se atornille y, el próximo gobierno de Estados Unidos, que se inclina a favor de la izquierdista Kamala Harris, termine haciéndose el de la vista gorda con la dictadura madurista, como en el pasado lo hizo Trump.
Si lo contrario sobreviene, Maduro caerá y no tendrá otro remedio que negociar una salida “digna” que le de amnistía, ya Panamá le ofreció asilo político en un acto magnánimo de uno de los gobiernos que más fuerte lo han criticado.
Sabemos de sobra los colombianos que no nos negamos a vernos en el espejo vecino cómo funciona la izquierda marxista, tenemos el mejor de los ejemplos, pero aún estamos a tiempo. Ojo con el 2026, no estamos tan unidos para las elecciones, hay candidatos empeñados en ir hasta el final, su ego supera el bien de la patria y, otros, que tendrían el apoyo izquierdoso a pesar de su nadadito de perro. Según las últimas encuestas que encabeza Vicky Dávila, la segunda con más opción es Claudia López que supera con creces a la mayoría de los aspirantes.
El Rincón de Dios
“Cuando la fe afronta noches oscuras en las que no se “siente” y no se “ve” la presencia de Dios, la amistad de Jesús garantiza en realidad que nada puede separarnos de su amor”.
Publicado: agosto 14 de 2024