Comprender lo efímero de la existencia, V. Frankl
Colombia, se abstiene; fue la frase lapidaria del activista embajador de Colombia en la OEA – estoy totalmente convencido que la OEA, al igual que la ONU no sirven para nada – Luis Ernesto Vargas, ante lo cual el desgobierno amoral, corrupto, déspota, decreciente y cósmico del petro caos se pronunció con un cinismo rampante: No, es a un gobierno extranjero el que debe decidir quién es el presidente de Venezuela.
La vergonzosa votación que se presentó en la OEA de los países panamericanos: 17 votos a favor, ninguna oposición, 11 abstenciones, con 5 ausencias que solamente buscaba exigir al CNE del vecino país que publicara las actas electorales, no solamente deja muy mal parado a la OEA creada el 30 de abril de 1948 sino que, por lo demás, se convierte en la espada de Damocles a un organismo panamericano que desde su fundación sirvió como mecanismo de integración regional hasta que llegó el progresismo carnívoro de Hugo Chávez a comienzos del nuevo milenio quien corrompió moralmente a todos los países de la región para que se pusieran en contra del imperio yanqui en cualquier escenario multilateral como es el caso de la OEA
Estando en Buenos Aires hacia el 2005, en una cumbre de países del ALCA – Área de Libre Comercio de las Américas – Chávez en pleno furor y vigor de su violenta narrativa verbal mandó pal carajo al ALCA, tratado que había logrado el impulso del comercio exterior intrarregional después de lo que se conoce como el período de la década perdida de los años ochenta del siglo XX.
Luego, de la vergonzosa votación en la OEA, sería pertinente preguntarse si hay que mandar al carajo a la OEA y a cuanto organismo multilateral existente como la Corte Penal Internacional porque al señor Putin lo denunciaron ante la CPI y ahí sigue muerto de la risa.
Así, como seguirá muerto de la risa el bigotudo Maduro porque, en mi humilde opinión, estos un organismos solamente funcionan cuando son vulnerados los derechos humanos de la izquierda carnívora progresista del siglo XXI; pero cuando se trata defender a la democracia liberal legalmente instituida como lo es en el presente caso de Venezuela no hay solidaridad alguna que valga.
Al final, la gran familia socialista en sus diferentes formas de lucha en la OEA se unió para sostener al régimen corrupto y amoral en cabeza de Padrino López y Diosdado Cabello quien sostiene que nunca entregarán el poder.
Los venezolanos tendrán que tragarse el sapo, como bien lo comentó Juan Manuel Santos: tragarse el sapo de las Farc y así estamos, de Maduro hasta el 2030 o hasta el infinito o más allá.
Nunca se olvidarán que cuando más necesitaban del apoyo de sus hermanos, Colombia, Brasil y México hicieron como Poncio Pilatos lavándose las manos porque la Colombia del señor Petro se abstiene, cuando le conviene.
Empero, cuando se trata de Israel y Palestina, es el primero en meter las narices cuando nadie lo ha llamado al baile.
Hipocresía y cinismo a toda prueba.
Lo acontecido con Maduro y la OEA no es más que el cúmulo de veinte años de malas y amorales decisiones en toda la región panamericana consecuencia de la verborrea de Chávez y su régimen corrupto.
Chávez y su régimen corrupto buscarán pasar a la historia para durar por siempre y para siempre sin comprender lo efímero de su existencia, como bien lo comenta Víctor Frankl.
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Rafael Gómez Martínez
Publicado: agosto 6 de 2024