En medio de los cuestionamientos por su juerga en Panamá, Petro anunció que Martha Carvajalino será la nueva ministra de Agricultura.
En su perfil profesional, se lee que es abogada especializada en derecho constitucional, egresada de la universidad Nacional. Su currículo dice que ella hace “énfasis” en “el manejo del derecho agrario y ambiental, conflictos territoriales y ordenamiento rural”.
Durante seis meses, entre junio de 2023 y enero de este año, fungió como viceministra de Desarrollo Rural.
Con el nombramiento de Carvajalino, reaparece el fantasma de la expropiación de tierras en Colombia. Petro, al anunciar su designación dijo que la nueva funcionaria “impulsará la reforma agraria y un campo productivo con justicia social”.
Petro viene amenazando con la expropiación de tierras desde que fue candidato presidencial en 2018, cuando advirtió que se apropiaría arbitrariamente de los predios de la familia Ardila en el Valle del Cauca.
En abril del año pasado, el denominado Observatorio de Tierras organizó un evento virtual denominado “Mitos y realidades: conflictos sociales, políticos y jurídicos de la expropiación en Colombia”. Hubo tres panelistas, uno ellos la nueva ministra de Agricultura petrista que hizo una presentación bajo el título “Función social y ecológica de la propiedad”.
En su intervención, la Carvajalino trató tres aspectos: la administración de las tierras públicas, la adecuada explotación de la propiedad privada, y la distribución y recomposición.
En palabras suyas, al hacer un barrido normativo “empezamos a limitar la extensión de la propiedad , introducimos un concepto muy importante en el régimen agrario que es la unidad agrícola familiar, y en efecto introducimos el primer instrumento para avanzar en la redistribución de la tierra en Colombia, es decir: el propósito de la reforma agraria que es la adquisición de tierras…Esa adquisición es la que nos liga a la expropiación agraria como una forma de decir: comprar tierras de propiedad privada de manera voluntaria o de manera forzosa por vía de la expropiación con el objeto de reestructurar las relaciones de tenencia agropecuaria…”.
La nueva ministra de Agricultura es una feroz defensora de la intervención estatal en la explotación de los predios rurales que son privados. En palabras suyas: “En los predios agrarios, no basta con construir cercas, no basta con construir edificaciones para ejercer una explotación como la que exige la ley, sino que los bienes sean adecuadamente explotados… tenemos instrumentos adecuados para, cuando no se usan las tierras de manera adecuada o se convierten en tierras ociosas, el Estado puede administrar los bienes de propiedad privada”.
Como si lo anterior ni fuera suficientemente preocupante, la nueva cabeza de la política agraria de Colombia se declara defensora de la extinción sin indemnización de ninguna naturaleza: “Ojo, yo no voy a aplicar la adquisición de tierras, donde pueda aplicar la extinción. Eso quiere decir: las tierras ociosas se extinguen. El Estado no reconoce el valor de esas tierras porque esas tierras han perdido el uso adecuado de su vocación productiva y yo lo que voy a hacer es revertirlas sin indemnización alguna de la nación…”.
Ahora sí, arrancará con todo el vigor posible la expropiación de tierras en Colombia. El tirano venezolano Chávez era un aprendiz al lado de la furiosa nueva ministra de Petro. ¡Que tiemblen los propietarios!
Publicado: julio 3 de 2024