¿Al petrismo le angustia que no hayan asesinado a Trump?

¿Al petrismo le angustia que no hayan asesinado a Trump?

El comunismo es amoral. Y esa premisa se comprueba al ver a Petro, que es un sujeto sucio, corrompido, sin principios, valores ni limites de ninguna naturaleza.

Es un sujeto al que la definición de la RAE del adjetivo degenerado le cabe casi que íntegramente: “Dicho de una persona: de condición mental y moral anormal y depravada…”.

Un ser indecoroso al que no le importa pavonearse en un viaje oficial de la mano de un sujeto disfrazado de mujer, sin detenerse un instante a pensar que sus hijas menores de edad pueden ver las imágenes de esa escena asquerosa que circularon en las redes sociales. 

Con ocasión del deleznable atentado contra el expresidente y seguro próximo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, el petrismo se lanzó como una plaga roñosa a lamentar que el sicario hubiera fallado, o a poner en duda el acto criminal. 

Una de las reacciones más estúpidas, pero delicadas por provenir de una persona de confianza del presidente de Colombia, fue la del indigente moral Alejandro Ocampo, persona oscura e íntimamente vinculada con fuerzas peligrosas de la extrema izquierda que operan en el sur de Colombia.

Ocampo, que ocupa una curul en la Cámara de Representantes -deformaciones que tiene la democracia-, puso en duda la autenticidad del atentado criminal, al inquirir si no se trataba de un “montaje publicitario para favorecerlo [al presidente Trump] en campaña”.

Este portal está en capacidad de confirmar que el brutal comentario de Ocampo fue conocido por la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá. Se espera que haya consecuencias. 

Petro guardó silencio durante muchas horas. Mientras otros gobernantes de Latinoamérica rechazaron y condenaron el atentado, el presidente de Colombia, que seguramente andaba ocupado atendiendo su impúdica y viciosa “agenda privada”, no dijo una sola palabra al respecto. Cuando se presentó un supuesto plan para matar a la corrupta Cristina Fernández de Kirchner, Petro reaccionó inmediatamente. Pero él, que posa de defensor de la vida – contrasentido en un asesino impune-, se limitó a exclamar que “se debe condenar todo ataque a la democracia”. 

Evidentemente al presidente Trump le tiene sin cuidado lo que diga o deje de decir el mandatario de Colombia. Seguramente no sabe cuál es su nombre. 

La vergüenza es para los más de 50 millones de ciudadanos de ese país que tienen que cargar con la vergüenza de ser gobernados por una persona de semejante calaña, cuyos principales escuderos, al igual que él, aunque no lo dicen en voz alta, no ocultan la tristeza por el hecho de que el atentado contra el señor Trump haya fallado. 

El petrismo no es una corriente política ni ideológica. Es una estructura delincuencial que ostenta el poder Colombia. Sus cabecillas, empezando por Petro, son personas que desprecian la vida humana de quienes están alineados con ellos.  

Será grande el problema que tendrán que enfrentar cuando sobrevenga el relevo en el gobierno estadounidense, porque todo, absolutamente todo indica que Biden saldrá y que Trump regresará, y esta vez tendrá más bríos y muchas más ganas de enfrentar a la plaga socialista que tanto daño le hace a la humanidad.

Su compañero de fórmula, el joven senador por el estado de Ohio, John David Vance, es uno de los dirigentes políticos norteamericanos más comprometidos en la lucha contra el nefando progresismo, sus satélites de ultramar y, por supuesto, de la agenda woke que tanto daño le está haciendo a la humanidad. Se sienten los vientos de cambio, algo que para Petro es, sin duda, una pésima noticia. 

@IrreverentesCol

Publicado: julio 16 de 2024