Luis Fernando Velasco es un liberal, que desde hace casi tres décadas se ha movido con facilidad en los lodos de la corrupción política colombiana.
Se precia de haber estado casi siempre en la oposición, posición que no le ha impedido obtener grandes beneficios.
Con ocasión de la campaña de Petro, Velasco encontró la puerta de salida del Congreso, donde estuvo durante 24 años, ocho como representante y el resto como senador. Quiso saltar al Ejecutivo y lo logró cuando Petro ganó y lo nombró como consejero presidencial para las regiones, cargo que ocupó hasta mayo del año pasado y que, paradojas de la vida, le dejó en herencia a la corrupta Sandra Ortiz.
Desde su llegada al ministerio del Interior, la agenda legislativa de Petro empezó a ser menos accidentada. Es curioso pues la impopularidad del gobierno ha crecido exponencialmente, pero en el Congreso las cosas fueron menos difíciles.
Y no es que Velasco sea un gigante de la política, ni un gran orador. Tampoco es un ser con una inteligencia privilegiada. Es astuto y hábil, pero la cultura y el brillo intelectual no hacen parte de sus características.
Desde siempre se le ha conocido con el alias de ‘Chuspa’, sinónimo de bolsa, costal, tula. En fin, el objeto que sirve para empacar cosas. A manera de ejemplo, las bolsas del video en el que un Petro extasiado aparece embutiendo gruesos fajos de dinero.
En los últimos días Velasco ha estado fuera de control. Se le ha visto efervescente, agresivo, furioso y salido de control. Parece que las declaraciones que en su contra ha dado Olmedo López le hicieron perder el control.
No es para menos: la megaoperación de corrupción estructurada en la Casa de Nariño sí o sí tuvo que estar rubricada por el iracundo “Chuspa’. El es quien maneja la relación con el Congreso. Es el que sabe con quiénes hay que hablar y, eventualmente, a quiénes hay que sobornar como ocurrió con Name, Guerra, Manzur y otros más cuyos nombres muy pronto se conocerán. Recordando a don Darío Echandía, en el capitolio tiemblan hasta los porteros.
El doctor Velasco debería ir buscando a un buen abogado. Sus dobles y mandobles contra quienes lo señalan no le ayudan mucho. Que se defienda y, a lo mejor, esta vez tiene la misma suerte de antaño, cuando logró salir de la cárcel luego de pasar una temporada privado de la libertad, como consecuencia de unos testimonios en su contra en el marco de la parapolítica.
Publicado: mayo 28 de 2024
El ministro Delasco.