Pasó la Semana Santa y echando números de los días que quedan en la legislatura de este semestre nos encontramos con una gran sorpresa que obviamente el gobierno Petro puede a punta de chambonadas cambiar. La Reforma Pensional no tiene días suficientes para ser aprobada y tendrá que ser archivada, y la Reforma a la Salud ya quedó archivada por la oposición. El final de esta reforma estaba cantado.
Tengo que decir que el Senado de la República está haciendo la tarea y, a diferencia de la Cámara de Representantes, no se dejó comprar con puestos y contratos. Es claro que los senadores por ser elegidos en circunscripción nacional deben mantener una imagen y votar mal les puede costar su curul en el futuro.
De todas maneras, los daños ya hechos a la salud son más que graves. El gobierno lleva desfinanciando el sistema hace rato para debilitar los números de las EPS y de esa manera forzar a una intervención, que ya hizo el día martes con EPS Sanitas, y el miércoles con la Nueva EPS, un muy mal precedente porque sigue empeñado en acabar un sistema de salud que la mayoría de los colombianos considera que funciona relativamente bien. Meter la Reforma por la puerta trasera sigue siendo una opción para Petro. Esta obsesión enfermiza puede llevarnos a perder muchas vidas humanas. Ya hay falta de medicamentos y problemas de atención en algunos lugares. Petro ya lo advirtió, será a la fuerza.
En el caso de la pensional se le generará un grave problema de caja al gobierno ya que con esta estaba tratando de expropiar parte del ahorro pensional de los cotizantes para convertirlo en subsidios que ya tiene prometidos. Este año será un punto de quiebre para la deuda colombiana. Esperemos que no sean tan irracionales para volverse además irresponsables en lo fiscal.
Lo que viene para el segundo tiempo del gobierno del cambio no se ve bonito. Un lobo enjaulado y acorralado puede terminar generando más problemas y puede cometer errores que destrocen más la institucionalidad del país. Ya después de la caída de estas dos reformas ni pensar en la laboral ni en la nueva reforma tributaria que aspira para el segundo semestre.
Entonces los dados y fuerzas se irán con toda hacia la Constituyente. Será su caballo de batalla hasta el final, buscando mantenerse en el poder a toda costa por interpuesta persona o él mismo. Desafortunadamente, lo que se nos viene no es bonito.
Cada vez son menos los supuestamente cuerdos e inteligentes que votaron por Petro que lo respaldan. Sus seguidores están terminando siendo los activistas de la izquierda más radical, y está alejando cada vez más a la gente.
Sigo pensando que es un riesgo inmenso no actuar con base en el artículo 109 de la Constitución, que da la posibilidad de que Petro pierda la investidura por haber falseado la contabilidad de la campaña, por haber recibido y utilizado recursos no registrados en la contabilidad. La ley es clara. Dejar en el poder a una persona que sólo quiere hacer daño y acabar con todo, tiene un riesgo muy alto. El problema que tenemos es que esta investigación depende de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, en la cual muchos de sus integrantes tienen bolsillo de payaso, para recibir dádivas del gobierno de turno.
No creo que en la historia de Colombia hubiera un gobierno que en todo le fuera mal. Es que no tiene nada qué mostrar en ningún aspecto, ni en seguridad, ni en lo fiscal, ni en empleo. Petro ha sido una hecatombe.
Publicado: abril 8 de 2024