Este 6 de marzo vamos a comprobar si la reciente encuesta de Invamer es cierta o no. ¿Cómo puede explicarse que la percepción sobre el Gobierno de Petro mejore ostensiblemente justo tras sus mayores escándalos y cuando su ineptitud se hace más patente? Es que bajo estos parámetros se hace increíble que Petro haya pasado de una favorabilidad del 26% en diciembre a una del 35% en febrero, mientras que su desaprobación cayó del 66% al 58% en el mismo periodo. ¿Alguien entiende eso?
Algunos se preguntan cuánto billete cobró la encuestadora por mejorarle la imagen a un Gobierno ignominioso. Otros, simplemente, reconocen que muchos están tirando la toalla como lo hizo la EPS Sura, que aceptó dejar de ser una aseguradora en salud y convertirse en ‘gestora de salud’, como se pretende en la reforma de Petro, que apenas entró a hacer tránsito en el Senado, donde debe imponerse en dos debates que, según las malas lenguas, ya están cocinados. El Senado se va a prestar para la destrucción del sistema de salud.
Que nadie se sorprenda cuando la Cámara Alta apruebe las reformas a la Salud, al Empleo y la Pensional sin dar mayor trámite. La del Empleo ni crea puestos de trabajo ni reduce la informalidad; por el contrario, destruye miles de empleos, según cálculos nada menos que del Banco de la República. Y en la Pensional, bajan las mesadas de manera radical y el Gobierno se roba el ahorro de los colombianos, tasado en 380 billones de pesos, para hacer politiquería. Igual que con el llamado bono pensional para 500.000 ancianos sin pensión por 225.000 pesos mensuales. Un quinto de un salario mínimo que le permitirá a Petro decir a los cuatro vientos que el nuevo modelo mejoró la cobertura, aunque para dar ese subsidio no habría que tramitar ninguna reforma.
De hecho, Petro está destruyendo el sistema de salud sin que para ello medie la reforma a la Salud. Como había advertido la exministra Corcho, se ha provocado una crisis por el no pago de los recursos que el Estado le debe entregar al sistema. De esa manera llevan a las EPS al colapso, y por eso Sura ha elegido convertirse en gestora en vez de afrontar una quiebra que sería inminente e irreversible, provocando más daños de los que como gestora podría evitar.
Y todo esto ocurre en el marco de un Gobierno confrontacional que vive de escándalo en escándalo para dejar la impresión de que lucha contra el delito y está decidido a derrotarlo. Pero no hay tal. Olmedo López, el del robo de los camiones, renunció por presión de la prensa, no del Gobierno. El contrato de los pasaportes se le dio a Thomas Greg & Sons por delegación del canciller Murillo a uno de sus subalternos, aunque luego Petro trate al funcionario de “traidor” y aproveche para asegurar que el sistema electoral venezolano es menos corrupto. ¿Anuncio de que Smartmatic va a manejar los próximos comicios en Colombia?
Petro aumentó el gasto en burocracia en 3.2 billones de más en la nómina de 2023 y en 9.5 billones en la nómina de 2024. Llevó a Ecopetrol a una caída del 42,9% en sus utilidades y a que los 11 billones del Departamento de Prosperidad Social los maneje el bachiller Gustavo Bolívar, un criminal que patrocina a los terroristas de Primera Línea, maltrata a los policías y les roba a sus amigos, llevándolos al suicidio. Y no es un caso único; en general, los técnicos están siendo desplazados por activistas de medio pelo.
Estamos en un régimen oprobioso donde los entuertos son el pan de cada día. Sin duda, el peor gobierno en la historia de Colombia, pero, según las encuestas, dizque su imagen ha mejorado, a lo mejor por nuestra propia indolencia. Veremos cómo le va en las marchas.
Publicado: marzo 5 de 2024