No hay razones para creer en algo que diga el presidente de Colombia. Los socialcomunistas son campeones de la mentira. El engaño es fundamental para garantizar su subsistencia. Lenin decía que la mentira es una herramienta revolucionaria.
No está de más hacer un repaso rápido por algunas de las falsedades que han salido de la boca de quien hoy ocupa la Casa de Nariño.
Cuando fue a Cuba en compañía de su hija Antonella en pleno confinamiento decretado para hacerle frente a la pandemia, viaje que fue revelado por este portal, apareció hecho una piltrafa para decir que estaba en medio de un tratamiento contra el cáncer.
¿Qué mejor que despertar compasión frente a una enfermedad que en muchos casos es mortal? Parecería inhumano exigir sanciones contra un senador -en esa época Petro ocupaba un escaño en la cámara alta- que había salido del país sin contar con la respectiva autorización de la mesa directiva de la célula legislativa de la que hacía parte. También era improcedente señalarlo por violar las medidas fijadas por el gobierno Duque para controlar la expansión del virus. Los enfermos merecen un trato misericordioso.
Pero el cáncer sólo existió en la mente enferma y criminal de Petro. El supuesto tumor desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Según el brutal Gustavo Bolívar, la curación se dio gracias a un legrado (¡!). Sencillo: Petro abortó a las células cancerígenas.
También mintió cuando se conoció el video en el que empacaba gruesos fajos de billetes. Atropellando la inteligencia de los colombianos, dijo que sí, que era plata en efectivo, pero que los billetes eran de dos mil pesos, ergo que no se trataba de una suma significativa. Y el asunto no tuvo mayores consecuencias. Pero, eso sí, la persona que Petro sindica de haber filtrado el video, esto es el exfiscal Néstor Humberto Martínez, quedó para siempre en el punto de mira de un Petro que ha hecho y hará hasta lo imposible por acabar con él.
Cuando se le inquirió por los delitos de su primogénito, vinculado hasta el tuétano con el narcotráfico, se desmarcó de cualquier responsabilidad alegando que él no lo había criado.
Hace pocos días, a todas luces embriagado y drogado -que es su estado natural- aseguró que estaba aburrido de vivir en la Casa de Nariño, pero que, eso sí, era necesario perpetuar el socialismo en el gobierno nacional. Acto seguido, desató una catarata de señalamientos contra los contratistas encargados de la organización electoral en el país, planteando temerariamente que en Colombia siempre hay fraude, resaltando que la única excepción se presentó en 2022, cuando él ganó.
Los dirigentes políticos más experimentados aseguran en sus conversaciones privadas que no ven con claridad la realización de unas elecciones libres en 2026.
La pregunta que surge es respecto del cómo va a hacer Petro para romper la alternación en el poder. No cuenta con las mayorías, ni tiene el tiempo para sacar adelante un acto legislativo que modifique otra vez la constitución y que reincorpore la reelección del presidente de la República. Tampoco tiene asegurado el respaldo de una ciudadanía cada vez más descontenta con el gobierno.
Los socialcomunistas, una vez llegan al poder, se toman la fiscalía -Petro está muy cerca de lograr ese objetivo-, luego el tribunal constitucional y con eso tienen para perpetuarse en el poder. Afortunadamente para la débil democracia colombiana, la corte constitucional aún no ha sido copada por el petrismo, y eso permite prever que, en principio, habrá un muy agudo control de exequibilidad respecto de normas que le apunten a la modificación del periodo presidencial.
La alternativa de la convocatoria a una constituyente no tiene, en este momento, ningún futuro.
Tampoco es claro que la Fuerza Pública se preste para una medida de fuerza. Quizás la policía, que es dirigida por un vulgar activista del petrismo, coadyuve una aventura antidemocrática, pero eso no es suficiente.
Lo cierto es que no se equivocan los que desde ya están advirtiendo que en dos años y medio no va a haber elecciones. Por activa, pasiva o perifrástica, el petrismo hallará el camino para emular al régimen chavista venezolano.
Publicado: marzo 12 de 2024