Gobierno chabacano 

Gobierno chabacano 

Petro repite que el suyo es el primer gobierno popular de la historia de Colombia, frase con la que estimula el creciente odio social que se registra en el país. 

Queda la impresión de que el presidente ejerce el poder con propósitos vindicativos, ajustando cuentas, saldando la falaz “deuda histórica”, planteando una realidad prefabricada en la que unos oprimidos, por primera vez, gobiernan a sus opresores. 

Lo esencial, que es el conocimiento del Estado, la administración pública, la formación académica, la experiencia profesional, no son tenidos en cuenta. Al presidente nada le importa que el resultado esté siendo catastrófico. 

El llegó a gobernar con los suyos, y los suyos, para ponerlo en términos gráficos, son una horda embravecida, irreflexiva e invadida por el odio.

Mas valen las horas en YouTube de un alevoso defensor del petrismo, que los títulos universitarios, los libros leídos y el conocimiento adquirido en el ejercicio de una profesión.

Los procesos de selección en el régimen, ponen especial atención al calibre de los insultos que profiera el aspirante, y no en las propuestas presentadas para fortalecer la función pública. 

El nuevo encargado de liderar la formulación y aplicación de las políticas sociales del Estado a través del departamento de prosperidad social, Gustavo Bolívar, se inauguró en el cargo llamando “basura humana” a un ciudadano que se opone al gobierno. 

Sicarios morales que ejercen a través de las redes sociales, como alias “Don Izquierdo” y alias “Lalis”, por citar un par de ejemplos, son favorecidos con contratos de prestación de servicios multimillonarios. Moisés Ninco Daza, un sujeto perfectamente ignorante, representa a Colombia en calidad de embajador ante los Estados Unidos Mexicanos. 

El artífice de las monstruosas campañas de insultos, de matoneo digital, de difusión de mentiras, de falsificación de historias en las redes sociales durante la campaña presidencial, Sebastián Guanumen, es embajador en Chile. 

El depravado maltratador de mujeres y antiguo documentalista de las Farc Hollman Morris, ocupa un alto cargo en la televisión pública, canal que se ha convertido en un aparato de fétida propaganda. 

Nulidades intelectuales, pero sobre todo morales, son los colaboradores predilectos del presidente de Colombia. 

El asunto no es de clase social, como lo pretenden mostrar desde la extrema izquierda. Aquello es irrelevante. Un Estado requiere en su administración del concurso de las mejores inteligencias, a los más grandes conocedores de los asuntos públicos, a los políticos más hábiles, que no habilidosos, y no a unos gamberros con experiencia oceánica en la intimidación, diestros en acoquinar a los críticos del régimen con sus insultos, improperios y acciones violentas. 

En el supuesto “gobierno del amor” -imposible no pensar en Orwell- los ejecutores de la violencia física y moral ocupan lugares de singularísima importancia. 

No se trata de proponer soluciones, porque no las hay. Petro es el que manda y el que tiene el poder de nominación. Evidentemente él prefiere convocar a personas de su misma calaña, y no a ciudadanos reposados, reflexivos, con talante e incapaces de aportarle a la burda violencia que emana del alto gobierno colombiano. 

@IrreverentesCol

Publicado: marzo 11 de 2024