Si en algo Colombia ha tenido buena fama en los mercados financieros internacionales es en que siempre ha pagado su deuda cumplidamente, tema muy diferente a muchos de nuestros vecinos que no lo han hecho. Tanto Brasil como Argentina, Perú y Ecuador, entre otros, han dejado de cumplir con sus obligaciones durante un lapso de tiempo.
No ser buena paga trae malas consecuencias para emisiones futuras, así sea en pocos lapsos de tiempo: aumenta la tasa de interés para la consecución de recursos y daña el nombre de los papeles de deuda en los mercados. El emisor deja de ser confiable.
No creo que hasta ahora al equipo económico de Petro se les haya ocurrido siquiera pensar en cometer esa brutalidad. Sería pegarse un tiro en el pie, tanto la deuda externa como la interna del país está en buenos niveles y su pago está por ahora garantizado y se da por descontado.
No obstante, lo que ha sucedido en los últimos días con el rubro de los trece billones de pesos del presupuesto general de la nación sobre las vigencias futuras es bastante preocupante.
Las vigencias futuras han sido la manera como el Estado ha podido lograr hacer importantes obras de infraestructura. Como estas claramente no pueden realizarse en un año, sino en bastantes más, el Estado garantiza los recursos para éstas en los presupuestos futuros.
Este mecanismo que empezó en el gobierno Uribe y siguió funcionando en el de Santos y Duque pasó la cifra de cien billones de pesos de compromisos a futuro. Si la contabilidad de una nación fuera como la de una entidad financiera, las vigencias futuras estarían en los balances y se deberían contabilizar como deuda, y hacen las veces de deuda. Si no lo fueran así, sería muy complicado conseguir la financiación de muchos de estos grandes proyectos de infraestructura. El nombre de la nación está como garantía.
Si el gobierno Petro con el proyecto de decreto, donde es él quien en últimas da el visto bueno para el giro de esos rubros de vigencias futuras, puede estar poniendo en riesgo el buen nombre de Colombia en los mercados internacionales. No girar alguno de estos recursos es tan grave como no pagar los intereses de un bono de deuda. Colombia no puede darse el lujo de cometer esa pendejada.
El gobierno Petro sigue en la penosa tarea de aburrir y sacar de cargos claves a personas idóneas y con experiencia de años para ser reemplazadas por activistas de izquierda que poco conocen de la cosa pública. Una cosa es tener un ministro incompetente solamente mientras el staff del ministerio es bueno, y otra es cambiar tambien al staff porque no hay quien controle las barbaridades. Tanto en Ministerio de Hacienda como en Planeación Nacional, que son los entes más técnicos y que nunca habían sido tocados por la politiquería, está empezando a suceder.
Yo sigo insistiendo en decir que este mal gobierno vino por todo. Están trabajando en todos los sectores para arrasar, lo que pasa es que es muy complicado abarcar para hacer seguimiento en todos lados, pero cuando se conversa con especialistas de cualquier rama, todos están demasiado preocupados.
Ojalá cese rápido esta horrible noche.
Publicado: febrero 26 de 2024