El sentido común de la economía, el menos común de los sentidos, Hernán Echavarría Olózaga.
En la academia del siglo XXI se presenta una problemática en el sentido de ubicar a los alumnos en el contexto en el cual se producen los acontecimientos y pronunciamientos de los líderes políticos y económicos en los tiempos contemporáneos.
De tal forma que vimos como al comienzo del presente déspota, amoral y corrupto desgobierno del petro caos a la ex ministra de minas Irene Vélez cuando formuló una referencia al término decrecimiento con respecto al futuro de la exploración del petróleo y el gas, lo que produjo su renuncia.
“Yo, creo que pude haber contextualizado mejor mi convicción del decrecimiento” dijo la ex ministra en una entrevista al diario El País.
Tal vez, lo que nos quiso decir la ex ministra Vélez, hoy asesora de la ANI, corresponde al texto de los franceses Latouche y Harpés.
La hora del decrecimiento ha llegado, fue la proclama del club de Roma.
Y, la sociedad de la sobriedad voluntaria que emergerá de su estela, supondrá trabajar menos para vivir más, consumir menos, producir menos, con el fin de recobrar la mesura de una huella ecológica sostenible (ver: La hora del decrecimiento, 2011, Latouche y Harpés Pg: 16).
El decrecimiento económico es un movimiento que nació en los años setenta con el informe del club de Roma y la conferencia de Estocolmo sobre el medio ambiente, encontrando un provocador slogan. Como palabra, aparece por primera vez en 1979 en la traducción francesa del ecologista rumano Nicholas Georgescu-Roegen. La construcción de un proyecto político bajo esta etiqueta no se lanzó realmente hasta 2002.
Lo que no sabíamos es que el desgobierno del cambio humano tenía un solo objetivo: Producir el decrecimiento de la economía colombiana de una manera cósmica.
La semana anterior, el DANE presentó la cifra del del 0.6% de decrecimiento económico P.I.B para el 2023. Esta cifra, no se veía desde otro desgobierno amoral y corrupto del salto social de Ernesto Samper donde el mismo ex ministro Ocampo, con su sonrisa irónica, produjo un resultado similar.
Aunque, en los tiempos presentes, el ex ministro Ocampo mejoró su marca: se demoró tan solo un año para alcanzar el decrecimiento económico cósmico del 0.6%.
A su vez, Ecopetrol S.A ante el decrecimiento de consumo de gasolina por cuenta del incremento del precio anunció que: estamos felices porque dejamos de consumir 3.89 petajulios.
Menos mal, que don Julio en el Ley no vive para ver los petajulios.
La inversión extranjera decreció cerca de 40 puntos.
Quién invierte cuando lo que se busca es decrecer.
Como el consumo se contrae, es muy probable que veamos crecimientos negativos cercanos a la recesión durante el 2024. Entonces, los precios bajarán produciendo una deflación en positivo (Me voy a ganar el nobel de economía con este nuevo término económico).
Y, el expresidente Duque habla de descarbonizar.
Nos merecemos nuestra suerte.
Mientras tanto, me pregunto si el minhacienda bonilla ya tiene claro el doble pago de nómina en diciembre 2023. Sería conveniente que nos explicara el porqué su insistencia en decrecer las tasas de interés.
Y, dentro de la maldad de la narrativa del desgobierno petro, minsalud Jaramillo la emprende contra las eps por el examen prostático.
Ya, hablaremos del hombre cósmico, la raza cósmica, de la corta pero densa obra del ideólogo y político mejicano José Vasconcelos, 1925.
Y, apenas ingresamos al túnel de la línea.
Con salida o sin salida….
Puntilla: y, la cámara de acusaciones, bien, gracias…
Rafael Gómez Martínez
Publicado: febrero 20 de 2024