Un país sin justicia es un país sin esperanza, Álvaro Gómez Hurtado.
Álvaro Gómez Hurtado, fue un personaje asincrónico en su tiempo.
Lo planteo, de entrada, para esta columna de opinión del ciudadano de a pie porque al leer de nuevo, sus textos y comentarios sobre el estado del país y la sociedad en general, sus ideas continúan siendo vigentes en tiempos presentes.
La dignidad de la Justicia, con mayúscula, fue una de sus obsesiones: el país debe aglutinarse para revitalizar la justicia. La administración de justicia no es un gremio. Es un bien común. El más importante de los servicios públicos. (Ver: Gómez Hurtado Álvaro, 2019, La dignidad de la justicia, obras selectas, tomo II Pg: 246).
La justicia tardía, no es justicia. No contar con justicia, como está ocurriendo, es no contar con la ley, despreciarla.
De tal forma que, al ver las imágenes del supuesto acontecimiento de la muerte de la ex senadora Piedad Córdoba, sancionada por el entonces ex procurador Ordoñez, me pregunto si la frase de AGH para este caso en especial no está más que vigente.
Porque si hay una persona que le hizo daño a Colombia durante toda su vida pública fue, precisamente, la señora del turbante de los millones de dólares; buen título para una película.
La ex candidata presidencial Ingrid Betancourt ha sido reiterativa en afirmar que: fue por ella que su secuestro por las FARC se demoró más de la cuenta. Casi una década completó Betancourt secuestrada por las FARC solamente por órdenes de Córdoba quien adujo que los secuestrados podían ser utilizados políticamente para presionar al gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
Salud Hernández, en sus columnas de la revista Semana ha sido más que vehemente: Córdoba, sí perteneció al organigrama de las FARC.
Su hermano, Álvaro, fue extraditado a los USA bajo el petro caos cuando estallaron los primeros anuncios que a la campaña amoral y corrupta de Petro presidente ingresaron dineros del narcotráfico formulando un nuevo y vergonzoso proceso 8.000 en la política colombiana.
Lo anterior, para comentar que un país sin justicia es un país sin esperanza. De nada, valdrán las manifestaciones de la csj, en minúscula, cuando la principal implicada en los últimos procesos judiciales ya se encuentra en el más allá, o, en el más acá.
De nada, servirán las demoras en la administración de la justicia como lo fue en el caso de AGH cuando el fiscal Barbosa, su alumno, no movió una sola hoja durante su periodo.
De nada, ayudará la reforma a la justicia promovida por el minjusticia Osuna si no se hace una modificación a los tiempos y movimientos que tienen los procesos judiciales los cuales solo conducen al vencimiento de los términos, la forma más precaria e indigna de administrar justicia.
De nada sirve, señora procuradora Cabello, sancionar al alcalde de Cali Ospina por 7 días cuando faltaba una semana para que dejara su cargo.
Tiene razón Julio Sánchez Cristo de la W Radio a quien le enviamos un abrazo cordial por el fallecimiento de su señor padre, pionero de la comunicación en Colombia: ¿Por qué no sancionó con la misma vehemencia que sanciona a Leyva a la mintic Abudinen?
Y, de nada servirán las amnistías generales por delitos políticos como es el caso del señor Petro quien nunca se desmovilizó en su cuerpo, alma y corazón porque al final Petro sigue siendo el mismo guerrillero sociópata del m19, pero de civil y con corbata.
Puntilla: ¿cómo es que se llama cuando un magistrado o un grupo de magistrados omite administrar justicia?
Rafael Gómez Martínez
Publicado: enero 30 de 2024