Arranca la era de Javier Milei con discurso de posesión técnico en el que advirtió que su ascenso al poder es asimilable a la caída del Muro de Berlín.
Le llegó la hora definitiva al nefando régimen kirchnerista que agobió a la Argentina durante casi el 50% de los 40 años de democracia en el país suramericano.La angustia de la corrupta Cristina Fernández de Kirchner era evidente. Durante todo el acto de posesión se vio la ordinariez, la falta de clase, la indecencia de la ahora exvicepresidenta. Con las manos en los bolsillos, meneándose y acelerando el evento con el fin de restarle trascendencia al mismo. No lo logró.
El Congreso Argentino estaba abarrotado de dignatarios extranjeros que, con su presencia, fueron testigos del momento más importante de las últimas décadas en un país cuyo pueblo decidió decirle no más al régimen asistencialista y corrupto del peronismo.
Petro, que no entiende que es el jefe de un Estado y que el protocolo y los intereses nacionales están por encima de sus odios y de su fundamentalismo socialcomunista, no asistió, como tampoco lo hizo su narcocanciller, el negociante Álvaro Leyva quien seguramente debe estar muy ocupado agenciando contratos a favor de su hijo Jorge, conocido como el ‘Hunter Biden’ colombiano.
En su discurso pronunciado en las escalinatas del palacio del congreso de la nación, Milei hizo una radiografía de lo que recibió, advirtiendo que no hay en la historia de su país un gobierno que comience con una peor herencia. Fernández y la patulea kirchnerista, además de robar con furia, destrozaron el sistema económico. La que hace un siglo era la nación más próspera del planeta, hoy tiene más del 40% de su población en la pobreza y el 10% en la miseria.
Argentina, que fue el primer país del mundo en erradicar el analfabetismo, hoy está entre los últimos en las pruebas PISA. Son cifras que nadie puede controvertir.
Y el kirchnerista es el modelo que seduce a Petro. Pobreza, miseria, decrecimiento, ignorancia, control estatal de la vida de las personas.
Argentina ha resuelto zafarse de ese lastre maldito, mientras que Colombia marcha a toda velocidad hacia el abismo socialista.
Una inevitable desgracia. En 2022 la mayoría ciudadana, por resentimiento, rabia e ignorancia supina, resolvió dar el salto al vacío, llevándose por delante a la mitad sensata e inteligente que se votó en contra de un Petro revanchista, resentido, irracional y capaz de cualquier cosa.
Hay pueblos como el argentino que se la juegan por la libertad y otros, como el colombiano, que escogen libremente la esclavitud del socialismo. En pocos meses la diferencia será notable. En el extremo sur empezará a brotar el progreso mientras que en la nación sometida al petrismo la opacidad de la miseria será inocultable.
Publicado: diciembre 11 de 2023