No es difícil entender los resultados del domingo. El País se pronunció en bloque para rechazar al Gobierno y castigar en las urnas a todos sus aliados. El Pacto Histórico desapareció del mapa territorial, el Partido Verde retrocedió considerablemente los avances logrados hace cuatro años y las coaliciones independientes y de oposición fueron las grandes vencedoras.
Un panorama que pone las cosas bastante complicadas en la Casa de Nariño. Con el oxigeno de la burocracia regional, los partidos tradicionales podrán disminuir su dependencia al Gobierno Nacional y actuar con mayor independencia frente a las reformas que se tramitan en el Congreso.
Además, desde ya se recompone el partidor para las elecciones del 2026 y se avisora un giro a la centro-derecha que dificultará el margen de maniobra del Presidente. El costo político de defender esta administración pasó factura y marcará la pauta de los próximos dos años, más aún cuando la improvisación y la falta de ejecución del gabinete tiene defraudado a más de un elector.
A diferencia de Santos, que sufrió una fuerte caída en su favorabilidad durante su segundo mandato, Petro está lejos de consolidar mayorías en el parlamento y pareciera no entender que a punta de marchas no se aprueban los proyectos. Esto, sin mencionar la profunda desconfianza que genera en el empresariado y los inversionistas.
Si se observa el panorama por ciudades, el gran termómetro de la elección fue Bogotá. Bolívar, el escudero acérrimo de Petro, sufrió una derrota vergonzosa. La capital históricamente era el fortín electoral de la izquierda y le dio la espalda de forma contundente. La constante amenaza del Presidente con cambiar el Metro y el descontento de más de un arrepentido hizo que el Pacto Histórico pasara de obtener 2.2 millones de votos en la segunda vuelta presidencial a escazos 571.591 votos para la Alcaldía.
En las demás regiones el panorama fue similar. Antioquia tomó el esperado giro a la derecha, Fico arrasó en Medellín, los Char seguirán controlando tranquilamente Barranquilla, el Partido Liberal logró una mayoría aplastante en los concejos y en casi todos los Departamentos se afianzaron las estructuras tradicionales. Los llamados movimientos alternativos no lograron trascender y no tendrán mayor espacio para crecer a corto plazo.
Dicho esto, el gran interrogante es qué postura tomará el Gobierno de ahora en adelante. Matizar su postura no pareciera ser una opción por el ego del Presidente y continuar con su agenda radical le seguirá generando choques en el Congreso y las Cortes. Seguramente vendrá un cambio de gabinete y algunos actores regionales podrán asumir las carteras, pero lo cierto es que todo está servido para recuperar el País en 2026, si es que queda País para entonces…
Publicado: octubre 31 de 2023