Cuando se habla de responsabilidad fiscal no solo se hace a nivel de finanzas públicas, tambien a nivel personal: no se debe gastar más de lo que se recibe, si se hace, el efecto cascada es inminente.
El principal problema que han venido afrontando los gobiernos de izquierda latinoamericanos ha sido eso, el aumento incontrolado del gasto público y de la corrupción. Esto ha tenido como consecuencia un deterioro de la deuda que necesita mayores tasas de interés, y por ende más gasto. Al final cometen el peor error posible, emiten moneda y generan inflación y devaluación.
En cambio, en el tema de ingresos aumentan los impuestos a niveles impagables, por cuenta de esto, se marchita el aparato productivo y caen los ingresos. Mejor dicho, hacen exactamente lo que no se debe hacer.
Cuando hacemos este ejercicio en finanzas personales es mucho más diciente. Supongamos que una persona tiene un salario con el cual alcanza a cubrir los gastos normales, pero empieza a gastar más con la tarjeta de crédito. Al principio manda esa deuda a tres meses, pero a medida que su flujo de caja y las cuotas mensuales de su tarjeta se aumentan empieza a diferir los gastos de la tarjeta a más plazo. Todos los meses tiene que pagar parte de la deuda y los ingresos no le alcanzan. Su única solución es más deuda. Esto va a implicar buscar otra tarjeta, más y más deuda.
Mientras más tarjetas tenga, más deuda tendrá y mayores cuotas mensuales va a tener que pagar. Cada vez de sus ingresos necesitará un mayor porcentaje para pagar las cuotas de las tarjetas y por ende su flujo de caja será cada vez menor. Este es el efecto cascada: hasta que no logre aumentar sus ingresos y controlar los gastos, esta persona en el corto plazo empezará a no pagar las deudas, caerá en default.
En la mayoría de los casos es complicado aumentar los ingresos, por ejemplo, si se tiene un salario, o un negocio. Lo mismo le pasa al Estado: llega un momento en que no puede aumentar ingresos, si sube más los impuestos termina deteriorando el ingreso. Es más lógico controlar el gasto, apretarse el cinturón.
Aunque hasta ahora el gobierno Petro ha sido relativamente cauto con el aumento del gasto, y ha manifestado que respetará la regla fiscal, las reformas que cursan en el Congreso harían todo lo contrario. La Reforma a la salud y la Reforma pensional aaumentarn los gastos del Estado en el futuro. Esto es como mandar las tarjetas de crédito a más plazo. Es endeudar o dejarle las deudas a los hijos. En cambio, la Reforma Laboral es generarle más costos al aparato productivo, y por ende golpear la generación de ingresos, menos impuestos.
Adicionalmente, el aumento de subsidios es complejo ya que es prácticamente imposible en un futuro acabarlos. La población se acostumbra.
Si todo lo anterior viene acompañado con malos administradores, personas que no son las más idóneas para cada uno de los cargos, hacen más complejo todo.
Los colombianos tenemos que estar alertas en quiénes son los congresistas que vienen apoyando estas reformas para castigarlos en las urnas en una próxima elección.
Publicado: octubre 16 de 2023