Detrás del alza en el precio de los combustibles puede haber un plan bastante organizado para liberar caja para las elecciones del 2026. Petro no da puntada sin dedal y el Gobierno estaría garantizando recursos para no soltar el poder. Ojalá no suceda, pero es una posibilidad.
Digo esto porque es bastante extraño que de un momento a otro a Petro le importe la sostenibilidad fiscal. Por ejemplo, la reforma a la salud cuesta un aproximado de $114 billones que no se tienen presupuestados en el Marco Fiscal de Mediano Plazo ni se sabe de dónde van a salir, pero aún así el Gobierno la defiende a capa y espada.
Así mismo, en la adición presupuestal que se tramitó en el primer semestre de este año el Ministerio de Hacienda no permitió que se destinara un solo centavo para pago de la deuda, a pesar que este rubro es el más importante, junto con el déficit fiscal, para recuperar el grado de inversión a mediano plazo.
De igual manera, el traslado de usuarios de la reforma pensional implica que a largo plazo la Nación quede a cargo de cubrir cerca del 80% de las mesadas de jubilación del País, lo cual implica un costo fiscal exageradamente alto que tampoco se sabe cómo se va a cubrir.
Sin embargo, con el Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles ocurre algo particular. A pesar que Petro cuando era Senador criticaba vehementemente los aumentos en el valor de la gasolina, al llegar a Presidencia su concepción cambió. De un momento a otro le importó ser responsable fiscalmente y estableció como una de las prioridades presupuestales el saneamiento del déficit del Fondo.
Esto ha implicado un aumento superior a los $4.000 pesos en el precio del galon desde agosto del año pasado, el cual seguirá incrementando hasta llegar a los $16.000 para gasolina y diesel. Lógicamente, esto traerá un impacto inflacionario bastante considerable, sobre todo en los alimentos, dado que si los costos de transporte incrementa automáticamente el valor de todos los demás bienes y servicios lo hará.
Así las cosas, la gran pregunta es por qué Petro está tan interesado por sanear el déficit del Fondo. Algunos dirán que es para reducir la deuda de la Nación, pero personalmente me resisto a creer esta teoría. Al Presidente nunca le ha interesado el manejo responsable de las finanzas públicas y es demasiado extraño que solamente en este tema lo haga.
Por eso, no me extrañaría, aunque suene conspirativo, que el plan del Gobierno detrás del alza de los combustibles sea recoger caja a corto plazo para posteriormente gastarla en las elecciones de 2026.
En cifras, el Gobierno con el ajuste del Fondo recaudaría más de $30 billones y nada impide que en uno o dos años se autorice, por ejemplo a través de la Ley de Presupuesto, que se realicen traslados presupuestales entre Fondos. Con este dinero se podría incrementar de manera exponencial la entrega de subsidios o financiar la expropiación de tierras, elementos claves para ganar votos.
En especial, teniendo en cuenta que la izquierda no va a entregar tan fácil el poder. Tardaron demasiado para llegar y no se van a rendir en cuatro años. Petro necesita caja para dejar amarrado a su sucesor y el Fondo de Combustibles puede ser la herramienta para lograrlo.
Publicado: septiembre 6 de 2023