Para alcanzar la victoria nos debemos concentrar no el centro del poder, sino en el centro de gravedad, C V. Clausewitz
La trascendencia del punto culminante radica en que cuando el conductor militar reconoce haberlo alcanzado, lo obliga a tomar una decisión (Ver: Burrales, El punto culminante, Visión conjunta: Número 9).
La teoría militar del punto culminante la esbozó el general prusiano Carl Von Klausewitz (1780 – 1831) uno de los más influyentes teóricos militares, conocido especialmente por el Tratado de la guerra, 8 volúmenes un análisis sobre el desarrollo de los conflictos armados desde los planteamientos, los antecedentes, las motivaciones, el desarrollo y su conclusión final.
Dentro de la historia del punto culminante, se encuentra la batalla de Verdún, 21 de febrero al 18 de diciembre de 1916. Fue, una de las más cruentas entre las batallas de la gran guerra con más de 700.000 bajas.
Se llegó al punto culminante en que ni los franceses, ni los alemanes, lograron avanzar más, aparte del desgaste sufrido por sus tropas.
La humanidad está loca, debe estar loca para hacer lo que está haciendo ¡Qué masacre! Dijo el teniente general francés Petain.
Más adelante, Petain tendría su relevancia durante los escenarios previos a la IIGM.
Para mayor comprensión sobre este fenómeno, se recomienda ver la película: El caballo de batalla, de Steven Spielberg, donde se muestra el cómo unos soldados alemanes y franceses tratan de salvar la vida de un caballo blanco quedando atrapado entre las zanjas y los alambres de púas.
Esta situación, la del punto culminante, pareciera que es el escenario actual de la guerra, conflicto en Ucrania, donde después de un año se han producido más de 100.000 muertes entre ambos bandos.
Ninguno de los dos logra avanzar más, pero tampoco logran perder más terreno. Con el agravante que las acciones militares son cada vez más cruentas, saliéndose de lo netamente militar, como aconteció con el ataque ruso a un restaurante donde se encontraban comensales colombianos.
Para llegar al punto culminante se requieren de una serie de componentes políticos los cuales hacen imposible avanzar más de lo que se avanza en el terreno de batalla. Estos son: Erosión de la unidad nacional, disminución del apoyo popular, aislamiento y condena internacional, cuestionamiento de la legitimidad de las acciones en el terreno, incapacidad industrial para la producción del armamento requerido en los tiempos requeridos, ruptura de las alianzas esenciales.
Sumado lo anterior, Putin está viviendo el desgaste y desprestigio a nivel interno y externo. Mas aún, cuando la deserción del grupo Wagner del teatro de operaciones aumenta la confusión propia del aludido punto culminante.
El drama que vive actualmente Putin en el Kremlin es similar al del boxeador que va perdiendo la pelea, lo tienen contra las cuerdas.
En este escenario, a Putin solamente le quedan dos salidas extremas.
Una, la más digna de todas: alcanzar un tratado de paz para las partes con la condición de la no repetición. En el boxeo, tirar la toalla.
El segundo: donde el boxeador desesperado contra las cuerdas hace cualquier cosa: la salida nuclear sería una opción, incluso si es suicida contra el mismo y la humanidad.
Hay historias que no deben repetirse.
Este escenario, el de la salida nuclear, el cual ha anunciado repetidamente por Mendévev, sería el punto culminante para toda la humanidad. Puntilla: Al amesetarse la confrontación quien tomó la iniciativa corre el riesgo de perder todo lo que alcanzó en su etapa preliminar. Lo dice Clausewitz. Dios, permita que aparezca el caballo blanco…
Rafael Gómez Martínez
Publicado: julio 18 de 2023