María José Pizarro, quien durante décadas respondió al nombre de María José Barón, se enorgullece de ser la pretendida hija del jefe narcoterrorista Carlos Pizarro Leongómez, cabecilla de la banda criminal M-19, brazo armado del desparecido Cartel de Medellín, desde su curul en el Senado, se ha convertido en una de las principales escuderas del régimen socialcomunista que lidera Gustavo Petro.
Ella es, de lejos, una de las principales promotoras del odio y de la división entre los colombianos. Sus intervenciones se concentran en el estímulo de la lucha de clases, señalando con toda suerte de adjetivos y epítetos a la mayoría ciudadana que se opone al gobierno que ella protege desde el congreso de la República.
Este portal ha sido objeto del odio y la virulencia de la Pizarro. En dos ocasiones ha intentado silenciarlo, acudiendo a acciones de tutela que han sido falladas en su contra, precisamente porque los jueces colombianos entienden que un político no tiene facultades para limitar la libertad de prensa y de opinión.
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El pasado fin de semana circuló en las redes sociales una fotografía en la que Pizarro aparece muy sonriente al lado de la terrorista del ELN Violeta Arango.
Arango, que participó en el atentado con bomba en el Centro Andino en Bogotá, acción criminal que cobró la vida de tres mujeres, con nueve heridos de gravedad, goza de la libertad por obra y gracia de la benevolencia del gobierno de Petro con el terrorismo.
Hace una semana, Arango -que hoy funge como “gestora de paz”- justificó la pertenencia al ELN, banda que hace parte de las listas de organizaciones terrorista de los Estados Unidos y la Unión Europea, asegurando que aquello es “un proyecto de vida” que muchos jóvenes desean.
El ELN es una de las organizaciones al margen de la ley que más niños ha reclutado en el planeta. ¿Proyecto de vida arrancar a un menor de edad del seno de su hogar para llevarlo a un campamento criminal, y convertirlo en un asesino contra su voluntad?
Con sus palabras, la terrorista Arango pretende despojar de cualquier responsabilidad a los cabecillas del ELN que, tarde o temprano, tendrán que responder ante la justicia colombiana o ante tribunales internacionales, por el reclutamiento masivo y sistemático de menores de edad.
Horas después de esa brutal intervención, surgió el retrato de María José Pizarro junto a Violeta Arango, imagen en la que ese par de infames aparecen muy sonrientes.
La extrema izquierda socialcomunista de Colombia se ha encargado de enaltecer a los terroristas, de limpiar sus rostros y de garantizar la impunidad de criminales como Violeta Arango.
En una democracia, la única fotografía aceptable de una mujer de la peligrosidad de Violeta Arango, es la que las autoridades penitenciarias tienen que hacer en el momento de la reseña. Algo distinto, como la foto de Pizarro, es un escupitajo a la sociedad, particularmente a las víctimas del ELN y de la terrorista Arango.
Publicado: julio 10 de 2023