Se celebran las elecciones generales en España, convocadas anticipadamente por el debilitado presidente de gobierno Pedro Sánchez cuyo partido, el PSOE, sufrió una monumental derrota en las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo.
La ciudadanía española envió una señal inequívoca de desaprobación, rechazo y repudio al que se le conoce como el régimen Frankenstein liderado por Sánchez y que cuenta con el apoyo de los comunistas que otrora lideraba el extremista Pablo Iglesias, los separatistas catalanes y los representantes políticos de la banda terrorista ETA, congregados en el partido denomina EH Bildu.
El sentido común, la decencia y el respeto por la democracia obligaban a que Sánchez, después de la paliza del 28 de mayo, hubiera presentado su renuncia como preámbulo a la disolución de las cortes y el llamado a elecciones anticipadas.
Pero las buenas maneras riñen con la personalidad de quien ejerce la jefatura de gobierno en España quien, como quedó demostrado durante la campaña política, tiene más de barriobajero que de estadista.
Si hay algo sagrado para los españoles son las vacaciones de verano. Calculando que las gentes no suspenderían bajo ninguna circunstancia su temporada de descanso, Sánchez convocó a elecciones precisamente el día más caluroso del año, donde las temperaturas, en muchas de las grandes ciudades pueden alcanzar y hasta superar los 40 grados centígrados.
De nada valieron las artimañas. España está decidida a ponerle punto final al régimen sanchista, realidad que se ve reflejada en todas las encuestas y trackings preelectorales. El Partido Popular y Vox -alianza de derecha- superan el mínimo de 176 escaños en el congreso de los diputados, con lo que podrán formar gobierno sin mayores dificultades.
Pedro Sánchez y sus socios comunistas y proterroristas son un faro de referencia para los regímenes socialcomunistas latinoamericanos. El padrino político del jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero es, de lejos y sin duda alguna, uno de los principales asesores y validadores de la satrapía venezolana. Así mismo, Zapatero funge como uno de los íconos del llamado grupo de Puebla, el club que reúne a los más sucio, corrupto y peligroso de la extrema izquierda de América latina.
Sánchez es uno de los principales cófrades de Petro en Europa. Aliados suyos jugaron un papel clave en la campaña y elección del actual mandatario colombiano.
Un cambio de rumbo en España, significará una derrota para Petro y eso resulta muy positivo. Como bien advirtió la lúcida Cayetana Álvarez de Toledo en una de sus intervenciones proselitistas: la que gobierna a Colombia es una izquierda “autoritaria” que goza del respaldo de Sánchez.
Valga recordar que, con ocasión de la reciente visita de Petro a España, cuando aquel sujeto iba a intervenir ante el congreso de los Diputados, la bancada en pleno de Vox se retiró de la sesión. Sobre esa digna decisión, el dirigente de esa colectividad, Santiago Abascal expresó que “los colombianos que viven en España saben perfectamente quién es Petro… Petro es a Colombia lo que Otegui es a España, un terrorista no arrepentido, un señor que antes de tomar el avión para venir a España, ha insultado a España… Este señor tiene un pasado que no se puede ocultar. Un pasado de sangre, un pasado que ha dejado dolor y muertos en Colombia”.
Hoy, los españoles, a pesar de la rigurosidad del calor están convocados a las urnas para definir el futuro de una gran nación que todo indica está dispuesta a zafarse del yugo extremista de la izquierda radical que lidera Pedro Sánchez.
Publicado: julio 23 de 2023