El vocablo efectivo puede ser utilizado como adjetivo para significar eficacia, pero también para referirse al dinero.
En el caso de Petro y su entorno familiar y laboral, hay una atracción casi que erótica frente al papel moneda. El propio presidente fue grabado por uno de sus compinches -que hoy vive como un magnate en Suiza mientras huye de la justicia colombiana- empacando gruesos fajos de billetes en bolsas plásticas.
Hace unos meses, la exesposa de Nicolás Petro -primogénito del mandatario- narró con lujo de detalles cómo a su casa llegaban bultos de dinero provenientes del narcotráfico, plata que personajes como El Turco Ilsaca y Santa Lopesierra entregaron pensando en que el mismo iría a las arcas de la campaña de 2022, pero terminó invertido en una lujosa mansión que Nicolasito compró en la exclusiva zona de Puerto Colombia.
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Como si aquello no fuera suficiente, sobrevino el escándalo de la peligrosa Laura Sarabia quien, de acuerdo con las sustentadas revelaciones de la revista Semana, sería una suerte de caletera al servicio de Petro, pues existen testimonios que indican que en su casa había cinco maletas con $3 mil millones de pesos que le pertenecían al presidente. Una verdadera estructura criminal.
Si eso sucede en Casa de Nariño y en la tal “familia presidencial”, no puede esperarse una conducta distinta de quienes laboran en las entidades que dependen directa o indirectamente del Ejecutivo.
Y como la corrupción es cosa de todos los días en el gobierno nacional, se supo que un exfuncionario de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres -dependencia que es una asquerosa cueva donde pulula el peculado- recibió en su oficina una maleta con $500 millones de pesos.
Se trata de un sujeto llamado Diego Enrique Vargas que hasta hace poco se desempeñó como subdirector de aquel ente adscrito al ministerio del Interior.
Ni siquiera se preocupan por salvar las apariencias. Tramitan y reciben los sobornos en los despachos públicos, a plena luz del día y a la vista de todo el mundo. Tranquilos, sin cautela de ninguna naturaleza.
Al decir popular, el buen ejemplo viene de casa y si en Casa de Nariño se mueven las cifras que el país ha venido conociendo en las últimas semanas, es “natural” que los subalternos de Petro se crean habilitados para hacer su agosto cobrando fabulosas coimas, como la que se perfeccionó en la oficina encargada de gestionar los riesgos.
Sólo se ha visto la punta del iceberg. El corrupto Armando Benedetti, entre todo lo que le dijo a Laura Sarabia, soltó una perla: el saqueo de miles de millones de pesos que, según él, ejecutó el exministro de Interior y ahora embajador en Francia Alfonso Prada, quien desde siempre ha sido mencionado en asuntos de corrupción, por ejemplo, cuando se desempeñó como director del Sena en el gobierno de Santos.
Con estupor, los colombianos seguirán conociendo casos de corrupción, y las noticias de maletines rebosantes de billetes serán cosa del día a día.
La izquierda llegó a saquear. Ha pasado menos de un año de gobierno y, debe reconocerse, los petristas están logrando su propósito. Su efectividad para el robo es deslumbrante.
Publicado: junio 29 de 2023