El mensaje que arrojaron las multitudinarias marchas que se registraron en las principales ciudades del país, se constituyen en una notificación plena del descontento popular frente al gobierno socialcomunista de Gustavo Petro.
Se extrañó, eso sí, un respaldo abierto y directo del procesado expresidente Álvaro Uribe Vélez quien guardó sospechoso silencio frente a la llamada marcha de las mayorías. La actitud silente y hasta complaciente de quien se presenta falsamente como el gran adalid de la oposición nacional, además de resultar desconcertante, termina siendo motivo para sospechar, fundadamente, que entre el jefe de Estado y el exmandatario de la llamada ‘Seguridad Democrática’ existe un ‘acuerdo de no agresión’ mimetizado’. ¿Uribe arrió sus banderas frente a Petro para evitar terminar sus días tras las rejas por lo delitos que se le imputan?
Aquello es un asunto de menor cuantía, los temas pendientes de Uribe con la justicia no pueden seguir signando la agenda nacional. Lo cierto es que, contra cualquier pronóstico, millones de ciudadanos se volcaron a las calles con el propósito de expresar sus descontento respecto de los abusos del régimen que agobia a Colombia.
Los áulicos debidamente pagados por el gobierno no podrán decir que la marcha de las mayorías no fue multitudinaria, porque las imágenes que circularon abiertamente demuestran lo contrario.
El pueblo desprecia al gobierno indolente que se ha concentrado en lanzar arengas y proclamar consignas insulsas o fantasiosas que en nada se compadecen con la realidad nacional. El gobierno de Petro ha sido un perfecto fracaso, y así lo demuestran las encuestas.
Más del 60% de los ciudadanos repudian a la actual administración que está en cabeza de un vulgar demagogo que, con lápiz en mano, intenta embaucarlos a través de discursos y mensajes envolventes.
Los colombianos salieron a las calles y, con su presencia, expresaron lo que piensan y sienten en relación al gobernante Gustavo Petro cuyos áulicos, debidamente aceitados -o sobornados-, se encargaron, fallidamente, de soslayar el alcance de la multitudinaria marcha en su contra.
Los neocomunistas, desesperados y quizás angustiados frente a las imágenes, dirán que el “fascismo de extrema derecha”, o el agonizante uribismo, se movilizó contra el gobierno. Manipularán las imágenes queriendo decir que no fueron tantos los marchantes y que quienes se volcaron a las calles fueros personas pagadas por el caduco expresidente Uribe Vélez. Craso error si creen que, adoptando la estrategia del avestruz, y hundiendo la cabeza en la tierra, saldrán del brete en el que se encuentran.
Los colombianos rehúsan a un Petro que ganó las elecciones hace exactamente un año gracias al dinero de la corrupción. Ese exterrorista debe saber en el fondo de su alma -en el entendido de que la tenga- que su triunfo es espurio.
Publicado: junio 21 de 2023
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