Ganó la presidencia sin un rival de peso. Durante todo el gobierno del expresidente Duque pudo, con absoluta impunidad, propiciar el incendio del país, convocando y liderando jornadas violentas. Se valió de la crisis desatada por la pandemia para estimular el odio de clases y sacar provecho político como consecuencia de la iracundia promovida por él mismo.
El uribismo, por su desgaste, llegó a las elecciones sin candidato. Desesperadamente, las huestes del expresidente Uribe se volcaron a respaldar al exalcalde de Medellín ‘Fico’ Gutiérrez, un aspirante anodino, sin talante ni visión de país.
Resultó tan inferior que un orate como el exalcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández, sin hacer campaña, lo derrotó en la primera vuelta.
Invadidos de miedo y por un inocultable estado de necesidad, casi la mitad de los electores concurrieron a votar por Hernández pensando que con él podrían atajar a Petro.
Poco más de 10 y medio millones de personas sufragaron no por Hernández, pero sí en contra de Petro quien ganó por un margen muy estrecho. Pero en democracia se gana o se pierde así sea por un solo voto. Nadie puede dudar de la legitimidad de esa equivocada elección que le ha costado y le costará muchísimo al pueblo colombiano.
No hay duda ninguna de que Hernández bajó los brazos entre la primera y la segunda vuelta. No hizo campaña, dejó el terreno libre para que Petro le ganara. ¿Por qué? Posiblemente se asustó, o no se sintió capaz de gobernar al país, o simplemente creyó que facilitando la victoria de su rival podría exigirle más adelante una garantía de impunidad a él y a su hijo Luis Carlos, en el marco de los procesos que tienen en contra por corrupción.
Durante los casi 10 meses de gobierno, Petro ha podido hacer lo que le viene en gana porque no tiene opositores políticos de peso. Abundan los críticos que se expresan en medios de comunicación convencionales y en redes sociales, pero políticamente no hay mayor cosa. Hay que reconocer el papel de Germán Vargas Lleras quien, junto a su partido Cambio Radical, ha intentado ejercer de talanquera frente a los abusos del gobierno. Pero, al decir popular, una golondrina no hace verano.
Una alternativa real y eficaz para hacerle contrapeso a Petro tiene que emanar de la sociedad civil. Un líder cívico, sin ataduras con estructuras partidistas tradicionales, sin expresidentes intentándole dictar socarronamente lo que debe decir, sin compromisos burocráticos ni cálculos politiqueros. Un dirigente que logre agrupar a la mayor cantidad de ciudadanos sin importar su ubicación en el espectro ideológico ni su afiliación partidista.
Los partidos liberal, conservador, CD, la U y demás ya tuvieron su oportunidad. En buena medida esas organizaciones son las responsables de que Petro esté en el poder. Una democracia necesita de los partidos, pero los partidos en casos específicos son los responsables de catástrofes como la que está viviendo Colombia.
Mientras no despunte una figura aglutinadora y sin lastres, Petro seguirá caminando solo por la vida, haciendo lo que le venga en gana y aplastando los pilares sobre los que se erige la democracia y la libertad de Colombia.
Publicado: mayo 16 de 2023
Rodolfo Hernández, en la campaña presidencial nunca gano nada, allí jugo papel predominante el Registrador y el CNE, quienes a través del swoward manipularon el orden de ubicación de los candidatos sacando a Fico, quien era el único que habría derrotado a Petro, lo demás ya se venía en camino.
MUY ACERTADO SU EDITORIAL. FICO ES UN TIGRE DE PAPEL QUE NO OFRECE NADA. ESPERO QUE MARIA FERNANDA CABAL AGLUTINE LA DERECHA. TIENE MUCHO CARACTER, NO TIENE MIEDOS, ES VALIENTE, DICE LAS COSAS COMO DEBE SER. EL CENTRO DEMOCRÁTICO DEBE APOYARLA COMO CANDIDATA. TIENE MERECIMIENTOS Y ES LEAL