Según Karl Marx (1818-1883), “El significado de paz es la ausencia de oposición al socialismo». Marx plantea, que si no hay comunismo no habrá paz. El comunismo tiene como fin último la desaparición de las clases sociales y el surgimiento de una sola: el partido, la dictadura del proletariado, la estatización de todas las cosas.
A partir de esta premisa, lo que se da entonces como primer paso, es una lucha de clases, tan tenaz que solo se logra con la eliminación de la llamada clase burguesa. Adobada esta postura con un discurso que tiene su fundamento en que los males de la sociedad se deben al capitalismo y que este debe ser aniquilado. Según esta premisa, la armonía y la paz total sólo serán posibles en una sociedad comunista, sin clases sociales.
Esta ideología suena muy compasiva, pero encuentra sus inconvenientes cuando los medios de producción de bienes, deben pasar a manos del estado y desaparece el libre mercado, el emprendimiento individual y la iniciativa privada. Porque el comunismo básicamente trata que la satisfacción de las necesidades individuales deberá estar subyugada a las necesidades de los demás. De allí que deba eliminarse la propiedad privada sobre los medios de producción de bienes.
Este discurso ha logrado posicionar la palabra “capitalismo” como un engendro del mal. Cuando es todo lo contrario, el libre mercado y el capital son congénitos al ser humano.
Vladimir Lenin (1870-1924) siempre planeo como estrategia, que la implantación del comunismo en Alemania reforzaría sus proclamas y sería la semilla que se irrigaría por toda Europa. Igual lo ideo Fidel Castro, que sembrar el comunismo en Colombia es tan estratégico como lo era para Lenin en la Alemania. La táctica era empezar con Ecuador, Bolivia, Nicaragua pero sobre todo con Venezuela, que a través de los sentimientos deformados acerca del pensamiento de Simón Bolívar, Hugo Chávez había empezado a implantar en un “sancocho ideológico” los derroteros de esa doctrina que hoy muestra al mundo sus nefastos logros, y que tendría que hacerse a través de su riqueza petrolera, lo que permitiría su facil exportación. Y que la semilla en Colombia ya estaba sembrada con los movimientos guerrilleros y con el apoyo financiero de la industria cocalera.
Según se desprende del acuerdo de la Habana, el crecimiento del narcotráfico y la destrucción del estado capitalista son la estrategia que hará posible alcanzar la paz total. Nos preguntamos si queremos una paz como la de Marx.
En todo caso los partidos de centro derecha son el muro de contención, la muralla que no permite la entrada del comunismo en Colombia. Y ha sido tan incómoda que se podría pensar que la principal maniobra para la implementación de la paz como la quiere la izquierda es con la necesaria aniquilación de los líderes de derecha.
Publicado: marzo 7 de 2023