Movilidad capitalina

Movilidad capitalina

Todavía me acuerdo de un cuento sobre unos japoneses que vinieron a Bogotá hace muchísimos años a hacer un estudio sobre la movilidad y el desarrollo de la ciudad y la conclusión a la que llegaron era que prácticamente tocaba rehacer la ciudad, poner una bomba y volverla a construir.

La ciudad ha venido creciendo desordenadamente y sin ninguna planeación, la infraestructura tiene un atraso de más de cuarenta años, cada día hay más vehículos y no se hacen nuevas vías, apenas se ponen al día las existentes con mucho esfuerzo.

Transmilenio en su momento fue una gran solución, un sistema de transporte organizado, en carriles propios que dejara atrás la guerra del centavo y la explosión de buses y busetas que ya no cabían en las calles, desafortunadamente las últimas administraciones no han estado a la altura del sistema, este debe estar en continuo mejoramiento y desarrollo, crecer en kilómetros y estaciones para una ciudad cada vez más compleja. Ha pasado todo lo contrario, las estaciones están deterioradas, los colados crecen sin control y la administración de Claudia López hace cero para parar el desangre.

Nuestros dirigentes creen que la única manera de mejorar la movilidad es con restricciones de movilidad como el pico y placa, en vez de pensar en hacer vías e infraestructura para los más de sesenta mil carros nuevos que entran anualmente a la capital.

El Metro, obra que, luego de más de cincuenta años de promesas, viene en camino, le ha caído una bomba muy difícil de contrarrestar. El ego de Petro de volverlo subterráneo puede dar al traste con la iniciativa. Esos quince billones adicionales deberían utilizarse en más infraestructura, no en caprichos personales del dirigente de turno, esperemos que la discusión sobre el Metro termine en seguir lo pactado con los chinos.

Durante la pandemia nos hicieron el más grande gol, convirtieron muchísimas vías en ciclorrutas, sin estudios, sin pensar que volveríamos a la normalidad. Hoy en día vemos esas ciclorrutas desocupadas y los pocos carriles para autos colapsados, el ego de los dirigentes no da para echarse para atrás.

El peor error cometido en términos de movilidad de la ciudad fue parar la avenida longitudinal de occidente. Era absolutamente necesaria, pero como todos sabemos la ideología pesa más que la razón.

La mayoría de los proyectos que dejó Peñalosa los pararon y reformaron para mal en esta administración. Les metieron ideología. El corredor verde la carrera séptima es el mejor ejemplo, no solo va a disminuir carriles si no que de norte a sur acaba la movilidad de vehículos, ¡impensable! Lastima que los administradores de la ciudad no manejen y no tengan pico y placa para que entiendan por lo que pasan los ciudadanos.

El caos de la ciudad y los precios de la tierra ha hecho que muchos bogotanos busquen opciones de vivienda en municipios cercanos, esto ha generado un caos adicional sin precedentes, las entradas y salidas de la ciudad son imposibles, pero además no tiene solución a la vista porque necesitan es infraestructura, y esta parece no le gusta a los dirigentes de la ciudad, la calle 13, la autopista de sur, la autopista norte y ahora la calle 80 son vías para purgar penas o pagar pecados, requieren horas para muy pocos kilómetros.

Bogotá es una ciudad con recursos suficientes para invertir en infraestructura, esta produce al final productividad, empleo y nuevos ingresos para la ciudad.

@SANTAMARIAURIBE

Publicado: febrero 6 de 2023