Como lo hemos repetido en reiteradas ocasiones, la economía colombiana necesita continuamente buscar recursos de deuda para cubrir un déficit que tiene entre sus ingresos y sus gastos. Es por eso que es fundamental proteger ese fondeo. En el momento que se mande el mensaje que somos malos pagadores o que somos más riesgosos, habrá dificultades.
Existen tres fuentes grandes de recursos de crédito para el Estado colombiano: los Títulos de Tesorería (Tes), que se emiten en pesos, a tasa fija o indexados a la UVR, estos títulos son la fuente de financiamiento más barata y eficiente del Estado; los créditos con entidades del exterior (estas pueden ser bancos o entidades multilaterales como el FMI, el BID etc.); y la emisión de títulos de deuda pública externa, emitidos en diferentes monedas, pero especialmente en dólares.
Para el caso particular de las emisiones de deuda en el exterior, la percepción de riesgo del país cambió desde el año 2019 y 2020 cuando empezaron las manifestaciones, los bloqueos de las vías y la pandemia. Según el EMBI (Emerging Markets Bond Índex), el cual es calculado por JP Morgan, y que está basado en el comportamiento de la deuda externa emitida por cada país emergente, y mide el spread frente a los bonos del tesoro americano, que se consideran los bonos de cero riesgo, muestra que el riesgo Colombia subió.
Mientras antes de esas fechas el spread estaba por debajo de los 200 puntos básicos, desde ahí pasamos a niveles de 400 puntos básicos, esto representa un costo enorme para las finanzas públicas, más aun cuando tenemos un riesgo de devaluación de nuestra moneda.
Países comparables, inclusive con menor calificación de deuda como Brasil tienen un spread 150 puntos básicos más bajito, y que decir de Chile o Perú con 200 puntos básicos por debajo.
La última semana de noviembre se hizo una emisión de deuda en el mercado internacional por más de 1.500 millones de dólares a diez años a una tasa del 8,15%. Para esa semana el bono del tesoro americano al mismo plazo estuvo a una tasa del 3,75%, lo que implica que el spread pagado en esta emisión fue de 440 puntos básicos. Hacía muchísimo tiempo Colombia no pagaba un diferencial tan alto en una emisión.
Como la necesidad de crédito es tan evidente, el gobierno Petro debe dar partes de tranquilidad a los mercados para que la deuda del país mejore en precios y no tengamos que pagar tasas tan altas para la consecución de recursos nuevos, eso es definir un camino viable para la transición energética, a plazos lógicos y sin generar traumatismos en las finanzas públicas, tambien es importante acabar con el discurso torpe de la reforma pensional que solamente contribuye a generar una zozobra no necesaria en estos momentos.
Los mensajes para los tenedores de deuda colombiana deben ser de tranquilidad, de mesura, cualquier paso en falso nos puede costar demasiado. Los mercados internacionales y sus inversionistas son serios y responsables. Para ellos los mensajes plagados de ideología como las ollas comunitarias cocinadas con leña en el Congreso, la legalización unilateral de la droga, y la deuda ancestral sólo les genera desconfianza.
Publicado: diciembre 5 de 2022
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