Era cuestión de tiempo, como diría el finado Raúl Reyes, para que sucediera lo que sucedió en el Perú con sombrero Castillo.
El populismo izquierdista carnívoro del siglo XXI construyó su narrativa a comienzos del milenio por cuenta del desencanto hacia el capitalismo, hacia esa nueva ola de neo liberalismo que liberó a toda Europa oriental del comunismo pro soviético, post segunda guerra mundial.
Con los antecedentes conocidos, el Socialismo bolivariano del siglo XXI es una ideología que ha postrado a la región latinoamericana en una línea imaginaria que se debate entre la corrupción y lo amoral; donde millones y “millonas” entregaron su destino a comerciantes inescrupulosos.
Donde, luego de ganar las elecciones con ofertas populistas, caudillistas, modificaron sus constituciones; convirtiéndose ellos mismos en el Estado para, luego, bajo esta figura expropiar a su antojo y propio beneficio el andamiaje de la producción privada, fábricas, hoteles, edificios, bancos, industrias, cadenas comerciales, tierras, vehículos.
Y expropiar la vida misma.
En palabras de Camilo Noguera Pardo: Así, estos gobernantes inescrupulosos se enriquecieron a costa del bolsillo de sus contribuyentes mientras sus pueblos, sus gentes, sumiéndose en la desesperación para sobrevivir, cayendo en la pobreza, más aún, en la miseria humana que los condicionaba a estar sometidos al yugo del Estado (Ver Noguera Pardo, El Socialismo Latinoamericano, 2021).
De tal forma que el desencanto por el populismo carnívoro del siglo XXI se hace evidente y relevante cuando vemos a todo un pueblo peruano salir a las calles para hacer respetar sus derechos.
En Argentina, la era de los Kirchner parece haber llegado a su final con la condena a su vicepresidente a seis años de cárcel por corrupción, acusándola de apropiarse del patrimonio de los argentinos en más de mil millones de dólares, sin mencionar el macabro caso del fiscal Nisman, todavía impune.
En Brasil, asustados, llevan días en las calles protestando por lo que consideran un robo a sus elecciones mediante el voto electrónico – el mismo voto electrónico que nos quiere imponer el registrador Vega, el de la vuelta del millón de votos – que al final termina favoreciendo a Lula Da Silva, el primer gran exponente de lo que se conoce como el Foro de Sao Pablo, el gran culpable del desastre que está padeciendo la región latinoamericana.
En México, sus gentes comenzaron a salir a las calles cuando la ideología de género se quiso imponer a los niños en las escuelas públicas.
En la Venezuela bolivariana del alumno aventajado de Hugo Chávez, madura el nuevo mejor amigo del Petro caos.
Centro América en llamas, Ortega quien lleva más de tres décadas en el poder subyugando a su pueblo a su triste y macabro destino, nos quitará unas millas náuticas de más.
Para llegar el desgobierno del Petro Caos, donde comenzamos a padecer las consecuencias de una tiranía déspota y ególatra quien rápidamente llevará a todos los colombianos a vivir sabroso por cuenta de su doble moral, incluidas las matrices de opinión gramcianas.
Ahora nos quieren hacer creer, gracias a la filósofa de las minas, el cuento del decrecimiento petrolero sumado a los gestores de paz para avalar el triunfo de la violenta revolución del 29N.
Mientras tanto, el ministro Ocampo con su sonrisa irónica nos anuncia que el precio de la gasolina para el 2023 subirá de a $200 por mes.
Y, el partido conservador, ahí, como buenos comerciantes inescrupulosos esperando a que le brinden sus migajas…
Que Dios tenga misericordia de Colombia….
Puntilla: Y, el hermano de la senadora Córdoba viviendo sabroso …
Publicado: diciembre 13 de 2022
Lo triste del cuento es que Uribe con su hipocresía liberal igual que santos y el guerrillero que son liberales con contratos y puesticos compraron los lentejos del partido y acabaron con los principios de partido conservador