El último buen alcalde

El último buen alcalde

Roberto de la Vega Visbal, fue el último buen alcalde de Cartagena sin serlo, el arquitecto de la Vega solo fue gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano de Bolívar (Edurbe) y dejó una estela de obras públicas que hoy perduran a pesar de nuestra cultura de no hacerles mantenimiento.

Roberto en su corto periplo dejo dos puentes realizados, los pocos que se han construido en las últimas cinco décadas: el puente Román y el puente Romero Aguirre en Crespo, cuyo nombre lo lleva en honor a Alfonso Romero Aguirre (1917-1976), el gran político bolivarense que creo una ley para poder sacarle tierra al mar, como debe ser, en ciudades costeras, rodeadas de cuerpos de agua. Solo Dios y la Ley Romero Aguirre tenían esa potestad.

Como también varios puentes peatonales, la avenida primera del Cabrero, las tierras que posteriormente se han venido urbanizando con proyectos de viviendas multifamiliares, sacadas completamente del agua, emergidas del lecho marino, qué se dieron en forma de pago a los contratistas.

Este instrumento de financiación puede ser utilizado para la construcción de la Quinta Avenida de Manga, sin descartar una APP para la construcción de los puentes Jiménez y Palmas, según diseño (hay que revisar para actualizar) que reposa en Edurbe realizado por don Pepe Villadiego (QEPD), un gran ingeniero civil de vías.

El ultimo buen alcalde que solo era gerente de Edurbe, hizo también la vía retorno de Manga que pasa por debajo el puente Román, la avenida Marginal Sur, que va de Crespito pasa por Canapote sigue por Marbella-Torices, y que ha debido continuar por el borde de la laguna del Cabrero, previa reubicación, como se ejecutó, de la invasión al lado de puente Benjamín Herrera (que está nuevamente invadida) para salir al puente de Chambacu y activar inmobiliariamente ese gran lote.

De la Vega Visbal, saco mediante un dragado en la bahía de Cartagena el lote de Edurbe para crear el Puerto de Cruceros (fui su primer director) iniciar la recalada de los barcos de turismo que ya empezaban a llegar a Cartagena y que no tenía un puerto de llegada, solamente para esa actividad tan importante.

Como también inició la ejecución del proyecto de Caños y Laguna, que fue la tesis de grado del arquitecto Sergio Londoño Botero, ya con la visión de ser una alternativa de trasporte.

Yo personalmente drague todo el caño Juan Angola y la laguna del Cabrero, de la que se sacaron los mencionados lotes de la avenida primera del Cabrero.

Paralelo se hizo la gestión para abrir por debajo de la pista de aterrizaje del aeropuerto el box colver que llevara agua fresca al caño, cuya muerte ambiental empezó con su clausura.

Todo esto con absoluta honradez y transparencia, sin tanta alharaca.

Fue el tiempo de los últimos honrados. Después… llegó la chusma y hoy padecemos su rigor.

@GabrielTorices

Publicado: noviembre 12 de 2022

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