El periodista argentino Nicolás Morás ha resumido en dos videos sus investigaciones acerca del actual presidente de Colombia.
En la segunda entrega hace hincapié en sus estrechas relaciones con la elite globalista que pretende instaurar un Nuevo Orden Mundial (NOM). Según sus conclusiones, el presidente es un peón de los globalistas, lo que explica su énfasis en combatir el extractivismo, imponer un ambientalismo radical, llevar a efecto una política de decrecimiento y otros propósitos harto discutibles sobre los que el electorado poca ilustración posee.
Todo ello se resume en su lema de campaña que pretende hacer de Colombia dizque una potencia mundial de la vida. Según sus voces, aspira a liderar toda una cruzada para impedir que los productos de la actividad extractiva (petróleo, carbón, etc.) acarreen a la larga la extinción de la humanidad.
Lo dijo hace poco la locuaz titular de la cartera de Minas y Energía: nos proponemos salvar la vida sobre la Tierra. Su jefe sostiene que hay evidencia científica acerca de que el petróleo, el gas y el carbón, al incidir en el cambio climático, tarde o temprano traerán consigo la muerte de nuestros descendientes.
No les inquieta que Colombia poco aporte a las emisiones que se cree que ocasionan el cambio climático. Lo que en el fondo les interesa es convertirnos en un campo de experimentación de las teorías de los globalistas que los apoyan, los financian y en el fondo los controlan.
Lo de convertir a Colombia en una potencia mundial de la vida no deja de exhibir cierta ironía si se observa que fallos recientes de la Corte Constitucional nos han dado el liderazgo en dos de los más evidentes propósitos de la Cultura de la Muerte, como son la legalización del aborto tardío y la eutanasia.
La legalización de la marihuana y la coca que promueve el gobierno actual tampoco muestra el aprecio por la vida. So pretexto de ampliar espacios de libertad individual lo que seguirá es hacer más infelices a los consumidores y llevarlos a la muerte temprana.
Sugiero a mis lectores que presten atención a este lúcido escrito que denuncia el sentido profundo de la agenda globalista que más o menos discretamente está entrando a regir entre nosotros: La Agenda 2030 busca «subvertir los diez mandamientos»: 12 motivos de fe para no aceptarla – ReL (religionenlibertad.com).
Lo que está en juego es una profunda revolución cultural que aspira a destruir las bases de nuestra civilización e instaurar otra de tintes totalitarios e inhumanos. No es otra cosa que el «Pacto con Satanás» con que en virtud de un lapsus linguae nos amenazó durante su campaña el candidato que triunfó en las elecciones presidenciales.
Jesús Vallejo Mejía
Publicado: octubre 27 de 2022
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