La soledad de envejecer

La soledad de envejecer

Nunca es bueno sentirse solo. Se hierven muchas tempestades y cuando pasa el fogaje de calor queda un gran vacío por dentro. Recorremos muchas rondas en ese instante. Nos parecen cortos y alcanzamos a ver algunas de las imágenes. Como si la vida fuese un aturdido de recuerdos que apenas los tocamos sin vivirlos. 

Es la vida en un instante, frágil, vulnerable y con la sensibilidad que no nos deja pensar, razonar y decidir. Todo tiene múltiples orígenes y nada, absolutamente nada, queda claro. Muchas veredas no se pasaron y quizá los momentos especiales que había en uno de ellos se fueron al no recordarlos. Ya no regresan estos hechos atávicos…Para prevenir la muerte solitaria, 2020 Japón 4.448 personas fueron encontradas entre uno y tres meses desde su deceso. Dicen los filósofos del tiempo pasado que son momentos de importante meditación. No les creo. Son vacíos que no permiten en ese momento conjugar el verbo, si el de la vida. Se queda el ser humano paralizado y sin respirar: todo pasa y nada queda. ¿Hay alguna fiesta que invita a disfrutar el tiempo de la soledad?

Melancolía, tristeza, nostalgia y especialmente recogerse para alcanzar una dimensión que muchas veces hemos perdido. No lo veo piadoso o trascendente. Parece un acto mecánico de enflaquecerse espiritualmente y, sobre todo, que se busca. Para qué sirve evocar muchas escenas que ya vivimos, para bien o para mal, y cuando nuevamente intentamos encender el rollo, carece de la emoción del contacto. Un campesino con sabor a tierra, de dónde venimos y hacia dónde vamos, me decía que la soledad se parece a las abarcas. A pesar de que camines mucho nunca encuentras las huellas. Las he visto después de la marcha, sus rastros ligeros se borran rápido, y lo que marca en el piso es el peso del transeúnte que no deja recuerdos. Vaya comparación: soledad y las abarcas. Dichosos los zapateros de los pueblos que las hacen y pueden moldear sus pisadas.

Y la soledad alcanza unos límites que no tienen dimensiones. Muchos países en el mundo han descubierto lo solos que estamos. Está sola la pareja de 65 años de matrimonio y que ha quedado a merced de los hijos…esos que la acompañan y aquellos que miran lejos, solos los esposos que no se unen en donde cada uno tiene sus propias oraciones sin compartir. No se conoce qué dicen. Las monjas y los curas, vacíos, que rezan para no sentirse así pero el sentimiento es cada más fuerte y terminan solos. Los jóvenes profesionales que no eligieron bien su profesión y la carrera que terminaron no alcanza siquiera para los frutos de la supervivencia. El borracho del pueblo o el adicto está solo, el licor no alcanza a amañarlo y la pepa perdida, diluida, no tiene ningún efecto. Muchos símiles de soledad y quizás en ellos estamos muy cerca. No calienta la sangre o el alma.

Traigo a Japón de ejemplo, más suicidios que muertos por COVID: 21.081 y 9.081.El desempleo, reducción de salario y aumento de la violencia domestica se han señalado como causas. Pero esto llega incluso hasta los menores de edad. Reino Unido trajo esta iniciativa desde el 2018 y demuestra sin vacilaciones que el aislamiento social de las personas es un grave problema de salud pública. Hicieron el Ministerio de la Soledad.

Explore el individuo rumiando desesperanza e improductivo y coloque en la mesita de noche colectiva: alteraciones mentales graves, inducción al suicidio y grandes pérdidas en competitividad. Cuentan las publicaciones que Japón es el país más silencioso del mundo y un porcentaje alto de su población puede pasar con una sola conversación durante dos semanas. Los pacientes que viven solo tienen un 30% de enfermedad cardiaca y dobla la media en Alzheimer. Es tan compleja la situación social que se calcula que la soledad cuesta (Inglaterra) casi 35.000 millones de euros anuales.

La era tecnológica contribuirá a este desorden silencioso. Los adultos mayores están solos, los gobiernos no los tienen en cuenta y familia, tan ocupados en su rol salarial, los olvidaron. Anticiparse con los jóvenes es una obligación pues dentro de poco serán los viejos en capilla y estarán solo sus refugios tecnológicos buscando la presencia de la persona que les haga sentir en sociedad. Veo los pueblos nuestros y es poco probable que esta tragedia florezca: envejecemos con los ancianos.

Diptongo: refúgiate en la compañía.

@Rembertoburgose

Publicado: agosto 19 de 2022

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