La izquierda aplaudió efusivamente la designación de Iván Velásquez como próximo ministro de Defensa nacional, nombramiento que no tiene porqué extrañar a nadie y que va en la línea del discurso de choque de Petro con la Fuerza Pública colombiana.
Alegan los socialcomunistas que quienes no están con Petro no tienen porqué cuestionar sus nombramientos; ven la política como una ecuación en la que hay vencedores y vencidos. Ellos ganaron y se sienten con el derecho absoluto de hacer lo que les venga en gana con el poder.
El más “sincero” de todos es el fundamentalista Gustavo Bolívar quien escribió: “¿Cuándo van a entender que perdieron y que a los ministros los nombra el presidente Petro? Uds. ya gobernaron y lo hicieron mal. Por eso el pueblo los sacó del poder. Cálmense. Respiren. En 2026 lo vuelven a intentar. Nadie los va a perseguir. No somos iguales a uds.”
Es evidente que en el seno de las Fuerzas Militares el nombre de Iván Velásquez cae muy mal. Sus expresiones descomedidas contra los soldados y policías han sido sistemáticas a lo largo de los años. El próximo ministro de Defensa tiene la íntima convicción de que la Fuerza Pública es criminal, que su doctrina se fundamenta en la violación de los derechos humanos y que sus altos oficiales son corruptos.
Petro ha dicho que quiere sacar a la policía nacional del ministerio de Defensa y esa será una de las primeras tareas de Velásquez quien además intentará implementar una serie de cambios estructurales en las FF.MM. para convertirlas en instituciones politizadas y con una alta carga ideológica.
Los oficiales que se opongan a la agenda del nuevo ministro, deben ser conscientes de las consecuencias que tendrán que asumir. Velásquez es un experto en montajes judiciales y no le temblará la mano para enredar con falsedades a quien, literalmente, no le marche.
Más preocupante aún es el control que ese individuo tendrá de la inteligencia tanto de la policía -mientras la saca del ministerio de Defensa- como de las Fuerzas Militares. Conocidos sus antecedentes, es pertinente preguntarse si la inteligencia será utilizada con fines políticos para perseguir a la oposición.
No puede olvidarse que Velásquez salió por la puerta de atrás de la corte suprema por la manera abusiva con que adelantaba sus pesquisas, emborrachando testigos y ofreciéndoles toda suerte de dádivas para que declararan lo que él necesitaba. A pesar de que la sala penal era eminentemente antiuribista, sus magistrados vieron con muy malos ojos los procedimientos del auxiliar Velásquez.
Procedimientos que aparentemente replicó en Guatemala cuando estuvo dirigiendo la comisión internacional contra la impunidad. El presidente de ese país, Jimmy Morales, se vio obligado a expulsarlo. “El día de hoy, 26 de agosto de 2017, en este acto y en el ejercicio de mis facultades constitucionales (…) como presidente de la República, por los intereses del pueblo de Guatemala, el fortalecimiento de un Estado de Derecho y la institucionalidad declaro ‘non grato’ al señor Iván Velásquez Gómez en su calidad de comisionado de la comisión internacional contra la impunidad en Guatemala y ordeno que abandone inmediatamente la República de Guatemala”.
Desde su llegada al país centroamericano, Velásquez estuvo involucrado en hechos oscuros. El dirigente político Ricardo Méndez Ruiz lo señaló por haber participado en un acto de tortura y ejecución extrajudicial.
Se trata de la muerte en muy extrañas circunstancias del exministro guatemalteco Pavel Centeno, crimen ocurrido en octubre de 2016.
El caso fue presentado como un suicidio, pero en criterio de Méndez Ruiz se trató de un asesinato en el que, según él, participó directamente Iván Velásquez quien nunca fue investigado dado que gozaba de inmunidad diplomática.
No existe un solo elemento que permita creer que Iván Velásquez ejercerá el ministerio de Defensa con transparencia y decencia. Sus antecedentes son nefandos y la izquierda que lo alaba tanto por ser un enemigo declarado del presidente Uribe debe estar preparada para cuando Velásquez enfile sus armas contra ellos, pues es un sujeto insaciable y sin limitación moral de ninguna naturaleza.
Publicado: julio 25 de 2022
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Ya me preguntaba en que momento la incursión del Cartel de la Toga con el perdón social. Para cambios… la sorpresas.
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