A finales del siglo XIX, el sistema político británico incorporó la figura del shadow cabinet -gabinete en la sombra-. Se creó con el fin de darle forma al ejercicio de la oposición en el parlamento.
Por cada ministro en ejercicio, hay un ministro en la sombra. No tiene funciones de gobierno ni responsabilidad ante el electorado, pero sí la función de hacer un seguimiento pormenorizado a las acciones de gobierno y, al mismo tiempo, nutrir con información a la opinión pública sobre el acontecer nacional, advirtiendo las amenazas y peligros que evidentemente surgirán.
El único partido político colombiano que se ha declarado en oposición es el Centro Democrático. El presidente Uribe ha hecho una serie de planteamientos sobre la forma como se adelantará la confrontación a la administración socialcomunista que liderará Gustavo Petro.
Aunque el ‘gabinete en la sombra’ es funcional en un régimen parlamentario, sí es posible establecer una figura con características similares en Colombia.
Los teóricos de los regímenes políticos contemporáneos definen al ‘gabinete en la sombra’ como el “contragobierno” en el que los ministros en la sombra ejercen una veeduría permanente sobre las respectivas carteras que están fiscalizando y, como es natural, tienen vocación de poder cuando se produce un cambio de partido de gobierno.
Para desempeñar una oposición sensata y altamente calificada, es necesario pensar en el establecimiento de un ‘gabinete en la sombra’ que cubra, por lo menos 5 áreas centrales: Hacienda y Crédito público; Salud y Protección Social; Minas y Energía; Política contra el narcotráfico y, muy importante, Defensa Nacional -con un especial énfasis en las gestiones del comisionado de paz-.
Los integrantes de ese ‘gabinete en la sombra’, además de estudiar y documentar muy bien los ejes de la oposición, serán figuras fundamentales a la hora de comunicar ante la opinión pública las equivocaciones y cuestionamientos que se le hagan al gobierno de Petro.
La extrema izquierda ejerció una oposición desleal, agresiva y tramposa. Hay múltiples ejemplos de momentos en los que el petrismo estimuló la violencia para enfrentar al gobierno del saliente presidente Iván Duque Márquez.
A Petro hay que enfrentarlo con las armas de la razón, apelando a argumentos sólidos y los razonamientos suficientes para poner en evidencia ante el país las equivocaciones del gobierno, los abusos de sus funcionarios y los daños a la democracia que indefectiblemente se van a registrar.
Publicado: julio 27 de 2022
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