Es ahora o nunca. El futuro económico e institucional de Colombia depende de la victoria de Rodolfo Hernández el próximo domingo. Es hora de sobreponer cualquier diferencia que pueda existir y pensar en Colombia. El ingeniero es la única esperanza para evitar la caída del País. Todos a la Rodolfoneta.
Aunque muchos quieran minimizar el riesgo económico que significaría una Presidencia de Gustavo Petro, la realidad es imposible de ocultar. Por ejemplo, la principal razón por la cual el dólar ha rondado los $4.000 todo el año es la incertidumbre electoral. Los inversionistas prefieren refugiarse en la moneda americana en vez de inyectar su capital en proyectos y acciones colombianas, dado que ello les permite proteger su patrimonio y sacarlo del País rápidamente ante una victoria de la izquierda.
Además, la expansión desbordada del gasto público que propone el Pacto Histórico exigiría nuevas fuentes de financiación que implicarían una carga tributaria adicional que desincentivaría la inversión y crearía las condiciones propicias para que se materialice una masiva fuga de capitales, sin mencionar un potencial crecimiento de la deuda que dificultaría aún más que Colombia recupere en el mediano plazo el grado de inversión.
Y por si esto fuera poco, la política energética de Petro, que cesaría la exploración de hidrocarburos, no solamente causaría una desvalorización de la acción de Ecopetrol, sino que afectaría los billonarios recursos que le entran al Estado anualmente por concepto de dividendos, impuestos, regalías e inversión extranjera.
Todo esto, sin mencionar el desastre que significaría revivir el seguro social a nivel territorial al otorgarle la responsabilidad a las secretarías de salud de administrar la afiliación de los usuarios del sistema, la expropiación del ahorro pensional de 18 millones de colombianos para financiar gasto público ordinario o acudir a la emisión de moneda como herramienta mágica para sustentar el Presupuesto General de la Nación.
En otras palabras, el peligro de Petro es real. Las consecuencias económicas de su administración pueden ser devastadoras y una vez se inicie ese camino puede no haber marcha atrás. Por eso, el próximo domingo hay que acudir masivamente a las urnas y apoyar al ingeniero. Un empresario exitoso cuya única motivación es poner su experiencia al servicio del País.
Más que un voto por Rodolfo o un voto anti Petro, el próximo domingo el voto es por Colombia. Esta Nación tiene muchos desafíos, problemas estructurales e infinidad de retos, pero la forma de solucionarlos no es cambiando un modelo económico que ha sido exitoso para aventurarnos en una montaña rusa de irresponsabilidad fiscal, tributaria e institucional.
¡Todos a la Rodolfoneta!
Publicado: junio 15 de 2022
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